sábado, 19 de mayo de 2012

La verdadera riqueza


Un día como cualquiera, un padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo con el firme propósito  de que su hijo viera cuan pobre era la gente que vive en el campo.

Estuvieron pasando todo el día y la noche en una granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje, ya de regreso a casa, el padre le pregun­ta a su hijo:

Padre: ¿Qué te pareció el viaje?

Hijo: Muy bonito, papa

Padre: ¿Viste lo pobre que puede ser la gente?

Hijo: Si

Padre: ¿Y qué aprendiste?

Hijo: Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco. Nosotros tenemos una piscina larga hasta  la mi­tad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, tú y mi mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:

Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos lle­gar a ser!!!

Autor desconocido

3 comentarios:

  1. Buenos días. " Cielo Azul ".

    En pocas palabras, No es más rico él que más tiene sino él que menos necesita y valora la VIDA tal y conforme es. Eureka...

    Chema. Siempre al servicio de la buena gente.

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  2. Precioso relato, quien lo escribió era bastante sabio. Debemos darnos cuenta de dónde está la auténtica riqueza.

    Un abrazo desde mi mar,

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