Vemos en los telediarios cómo cambian nombres a las calles, se quitan monumentos, todo por ideologías políticas y por la memoria histórica. No voy a entrar en este tema. Mientras ellos juegan a ser políticos, nosotros seguimos viviendo nuestra vida, muchos de nosotros con dificultades y problemas.
Una vida llena de prisa, en la que la mayor parte del tiempo no nos paramos a mirar, vamos corriendo de un sitio a otro como posesos, presos del tiempo. Vamos de las veinticuatro horas de un día para llegar a las veinticuatro horas del día siguiente, como si la vida fuera una espiral de minutos y segundos que debemos aprovechar para no perder el tiempo, todo consiste en hacer, tener, hacer, tener, tic tac, tic tac…….pero nadie para a mirar, a ver.
Si nos parásemos a mirar, a ver, nos daríamos cuenta que la vida está llena de personas maravillosas y especiales que se merecen calles y monumentos. Sin embargo, no las vemos, no las miramos, porque no hay tiempo, se agota. Tic tac, tic tac.
Dicen que son ángeles custodios que aparecen en nuestras vidas para iluminarnos y cuando terminan su misión se marchan dejándonos huella, dejándonos para seguir solos nuestro camino.
Una mañana hace algún tiempo, me paré a mirar, me encontré con una persona que brilla con luz propia, de las que se merecen calles y monumentos. He tenido la suerte de que se cruce en mi camino.
Dicen que es un Ángel Custodio, que me está ayudando, me está guiando en mi camino. De momento yo no la veo como un ángel. Es cierto que me está ayudando y me está guiando, pero no tengo muy claro que sea un Ángel, quizás cuando me abandone la reconoceré como tal y sea demasiado tarde para reconocerlo.
Lo mismo me tengo que parar a mirar, o hablar con ella de este tema…un café donde se pare el tiempo.
Todas las personas deberíamos parar un momento, dejar de lado el tic tac que nos come la vida y ver, mirar a las personas que nos rodean. A esas personas sean ángeles o no, que son las que se merecen las calles y monumentos, que son luz.
Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a gente maravillosa por un tic tac, tic tac…¿ Merece la pena vivir corriendo y dejar pasar la oportunidad de conocer a los Ángeles?
Algún día os contaré la historia de mi Ángel Custodio.
Una vida llena de prisa, en la que la mayor parte del tiempo no nos paramos a mirar, vamos corriendo de un sitio a otro como posesos, presos del tiempo. Vamos de las veinticuatro horas de un día para llegar a las veinticuatro horas del día siguiente, como si la vida fuera una espiral de minutos y segundos que debemos aprovechar para no perder el tiempo, todo consiste en hacer, tener, hacer, tener, tic tac, tic tac…….pero nadie para a mirar, a ver.
Si nos parásemos a mirar, a ver, nos daríamos cuenta que la vida está llena de personas maravillosas y especiales que se merecen calles y monumentos. Sin embargo, no las vemos, no las miramos, porque no hay tiempo, se agota. Tic tac, tic tac.
Dicen que son ángeles custodios que aparecen en nuestras vidas para iluminarnos y cuando terminan su misión se marchan dejándonos huella, dejándonos para seguir solos nuestro camino.
Una mañana hace algún tiempo, me paré a mirar, me encontré con una persona que brilla con luz propia, de las que se merecen calles y monumentos. He tenido la suerte de que se cruce en mi camino.
Dicen que es un Ángel Custodio, que me está ayudando, me está guiando en mi camino. De momento yo no la veo como un ángel. Es cierto que me está ayudando y me está guiando, pero no tengo muy claro que sea un Ángel, quizás cuando me abandone la reconoceré como tal y sea demasiado tarde para reconocerlo.
Lo mismo me tengo que parar a mirar, o hablar con ella de este tema…un café donde se pare el tiempo.
Todas las personas deberíamos parar un momento, dejar de lado el tic tac que nos come la vida y ver, mirar a las personas que nos rodean. A esas personas sean ángeles o no, que son las que se merecen las calles y monumentos, que son luz.
Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a gente maravillosa por un tic tac, tic tac…¿ Merece la pena vivir corriendo y dejar pasar la oportunidad de conocer a los Ángeles?
Algún día os contaré la historia de mi Ángel Custodio.