Hola amig@s, os deseo a todos un feliz día, aunque estoy aquí para hablaros del cambio de hora.
Esta mañana me he despertado a las 7 y media, no podía seguir durmiendo. Mi cuerpo no está habituado al cambio todavía, así que me he levantado, he desayunado y me he puesto con las labores domésticas.
Las madres que trabajamos durante la semana aprovechamos los días festivos para limpiar, Primer ERROR.
He aprovechado que mi hijo mayor no había vuelto de su salida nocturna y he podido poner su habitación patas arriba. Hasta el suelo ha visto la fregona, ja, ja, ja. Me comprendéis, verdad? Es imposible entrar en la habitación de un hijo cuando está en casa, así que hoy he tomado su fortaleza y me he hecho con ella.
Todo esto con mucho cuidado de no hacer ruido claro, porque mi hija dormía plácidamente en su habitación y no le sienta muy bien que trastee por las mañanas de aquí para allá. Segundo ERROR.
Las mamás siempre procuramos arreglárnoslas como podemos con el fin de no molestar hasta que se levantan los hijos, pero claro, no puedes pasar el aspirador, te da pena poner la lavadora y la secadora por el ruido que forman, no quieres sacar el lavavajillas por si el ruido de cubiertos los despiertan...así que vas posponiendo las tareas hasta que se levantan. Pero claro a esa hora, que nunca sabes qué hora es, te llega el otro de la juerga de anoche y dice: Voy a acostarme, que nadie haga ruido. Tercer ERROR.
Y me siento en la mesa de la cocina a corregir controles de mis alumnos y a programarme la quincena hasta que miro el reloj y digo: ¿todavía las 11? No puede ser. ¿Pero son las 11 o las 12?
Me paso todo el día sin saber en qué hora vivo y con un hambre que me ruge el estómago. A la hora del aperitivo ya tengo ganas de comerme el asado y cuando digo de echarme la siesta porque estoy fundida los niños se levantan y quieren comer. Las mamás siempre les calentamos la comidita y se la servimos en la mesa. Cuarto ERROR.
Pero la cosa continúa... porque sin darme cuenta se me hace de noche y no sé si meterme ya en la cama, a pesar de que son las 7 solamente, o sentarme en el sofá a vegetar delante de la televisión.
¿Cambio de hora? ¿Pa qué?
Me han dado una hora pero para mí que me han quitado el domingo.
Rosa
Esta mañana me he despertado a las 7 y media, no podía seguir durmiendo. Mi cuerpo no está habituado al cambio todavía, así que me he levantado, he desayunado y me he puesto con las labores domésticas.
Las madres que trabajamos durante la semana aprovechamos los días festivos para limpiar, Primer ERROR.
He aprovechado que mi hijo mayor no había vuelto de su salida nocturna y he podido poner su habitación patas arriba. Hasta el suelo ha visto la fregona, ja, ja, ja. Me comprendéis, verdad? Es imposible entrar en la habitación de un hijo cuando está en casa, así que hoy he tomado su fortaleza y me he hecho con ella.
Todo esto con mucho cuidado de no hacer ruido claro, porque mi hija dormía plácidamente en su habitación y no le sienta muy bien que trastee por las mañanas de aquí para allá. Segundo ERROR.
Las mamás siempre procuramos arreglárnoslas como podemos con el fin de no molestar hasta que se levantan los hijos, pero claro, no puedes pasar el aspirador, te da pena poner la lavadora y la secadora por el ruido que forman, no quieres sacar el lavavajillas por si el ruido de cubiertos los despiertan...así que vas posponiendo las tareas hasta que se levantan. Pero claro a esa hora, que nunca sabes qué hora es, te llega el otro de la juerga de anoche y dice: Voy a acostarme, que nadie haga ruido. Tercer ERROR.
Y me siento en la mesa de la cocina a corregir controles de mis alumnos y a programarme la quincena hasta que miro el reloj y digo: ¿todavía las 11? No puede ser. ¿Pero son las 11 o las 12?
Me paso todo el día sin saber en qué hora vivo y con un hambre que me ruge el estómago. A la hora del aperitivo ya tengo ganas de comerme el asado y cuando digo de echarme la siesta porque estoy fundida los niños se levantan y quieren comer. Las mamás siempre les calentamos la comidita y se la servimos en la mesa. Cuarto ERROR.
Pero la cosa continúa... porque sin darme cuenta se me hace de noche y no sé si meterme ya en la cama, a pesar de que son las 7 solamente, o sentarme en el sofá a vegetar delante de la televisión.
¿Cambio de hora? ¿Pa qué?
Me han dado una hora pero para mí que me han quitado el domingo.
Rosa
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