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sábado, 25 de enero de 2014

¿Qué es el gozo?

¿QUÉ ES EL GOZO?


"El gozo es la sustancia de la cual está hecha la existencia.
Saraha dice: estáte disponible al gozo de donde quiera que venga. Nunca lo rehúses. No lo condenes. ¿Que sucede cuando es del cuerpo? Entonces Dios está llamando a tu cuerpo. Cuando estás comiendo y sientes cierto gozo, disfruta de tu comida, es Dios, te lo estás tragando. Cuando tomas la mano de una mujer o de un hombre o de un amigo o de cualquiera, con mucho amor y hay una energía en la emoción de tu cuerpo, una danza, una profunda danza en la energía de tu cuerpo; cuando estás conmocionado, algo como la electricidad vibra, se renueva, te rejuvenece, algo te hace estar tan vivo como nunca antes lo has estado; es gozo, es Dios viniendo a través del cuerpo. Escuchando música te sientes inmensamente feliz, es gozo a través de la mente. Mirando un flor sin tocarla y sin juicio, llega un momento en el que hay éxtasis; sutil, silencioso, de una profunda bendición. Todas son diferentes manifestaciones del gozo.

"Gozo" es una de las palabras más hermosas de la lengua española. Cubre todos los campos de todas las clases de felicidad. El Tantra dice que lo primero es estar disponible al gozo. Te sorprenderás: ¿por qué esta insistencia? ¿no estamos disponibles para el gozo? Sí, es triste decirlo, pero así es: no lo estás. Nadie lo está. Somos más receptivos al sufrimiento; estamos más preparados para sufrir que para gozar; estamos más disponibles para la desdicha que para el gozo. Hay algo muy importante en todo esto.
El gozo te lleva lejos de tu ego, y la desdicha te da un ego muy fuerte. La desdicha crea al ego, el gozo lo hace desaparecer. Cualquier momento de gozo, y tú te pierdes en él. El momento de gozo no es un momento de ego; el momento de desdicha es un momento de ego muy condesado. Cuando eres desgraciado, tú eres; cuando estás lleno de gozo, desapareces. "


OSHO, de La Transformación Tántrica

miércoles, 27 de marzo de 2013

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos

Carta de Gabriel García Márquez 



"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate! 

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de
Serrat seria la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo."



Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy es última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que ésta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos momentos que te veo, diría TE QUIERO y no asumiría tontamente que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesites, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles lo siento, perdóname, por favor, gracias y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.



GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (sin confirmar)

domingo, 6 de enero de 2013

El premio Nadal


El Premio Nadal de novela es un premio literario comercial (los concedidos por editoriales) que se concede desde 1944 a la mejor obra inédita elegida por Ediciones Destino (perteneciente al Grupo Planeta desde principios de los años 90).

Su notoriedad radica en ser el premio literario más antiguo que se concede en España y en la categoría de los escritores que han merecido este galardón se encuentran importantes figuras de la literatura española del siglo XX.


En la actualidad se falla cada 6 de Enero, Noche de Reyes, y desde 1958 se entrega en el Palace Hotel Barcelona.

Un total de 229 novelas procedentes de todo el mundo se han presentado a la 69ª edición del Premio Nadal de Novela de la editorial Destino, que se entregará esta noche en la tradicional velada en el Hotel Palace de Barcelona. 

Álvaro Pombo. Premio Nadal 2.012.
















La obra ganadora del año pasado, dotada con 18.000 euros, fue la novela de Álvaro Pombo, El temblor del héroe, una historia protagonizada por un profesor de universidad jubilado.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Cuento: "Arreglar el mundo" de Gabriel García Márquez

Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos.Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. 

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención. 
De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. 

Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie". Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. "Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo". Al principio el padre no creyó en el niño!


Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:
- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste? Papá, respondió el niño; yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.

"Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo".

GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

lunes, 2 de julio de 2012

Cuentan de un sabio que un día...(fragmento de la Vida es sueño) de Calderón de la Barca.


Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.

Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
Piadoso me has respondido.
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.

domingo, 11 de marzo de 2012

El Mito de la Diosa Fortuna. Jorge Bucay


Hubo una época en que los destinos de la humanidad dependían de los caprichos de los dioses.
El Olimpo era el templo en donde se cocinaban los más bellos y los más horrendos sucesos del mundo terrenal.
Terremotos, guerras, amores trágicos y monstruos invencibles eran creados, enviados y decididos por la comunidad mitológica.


De entre todos, Zeus era el más imponente. Jefe y padre de  de todos los demás, gobernaba con mano dura y hacia valer su voluntad y capricho sobre cada suceso, cada hecho, cada instante.
Como todos los dioses griegos, Zeus distaba mucho de ser moralmente correcto, éticamente respetable o políticamente justo. Más bien se le describe como irascible, caprichoso y autoritario.
Pero además Zeus era famoso por su insaciable apetito sexual. Siempre estaba enamorándose, conquistando o llevando a la cama a alguna hembra, algún jovencito y alguno que otro animalejo simpático y seductor .
De sus aventuras sexuales, (no eran épocas de preservativos ni de cálculos controladores de natalidad), nacieron algunos dioses, varios semidioses y unas cuantas criaturas extrañas.

Una noche, borracho de vino y de pasión, Zeus se acostó con la hermosa Thetis, diosa de lo legal y lo justo, a la que hacía tiempo, le había echado el ojo.
De esa unión entre lo anárquico y lo que debe de ser, nació Thyké (para los romanos Fortuna), hermosa muchacha que gozaba de los favores de su padre (cosa bastante poco frecuente en la vida de Zeus).

Cuenta la leyenda que ya desde pequeñita, Zeus la mandaba a buscar y la hacía conducir a su presencia para que permaneciera cerca de él.
Para intentar entretenerla, el dios supremo pidió a cada uno de los habitantes del Olimpo que enseñara algo a su hija preferida.
A Mercurio, específicamente, le encomendó que la entrenara para correr más rápido que nadie.

Ya a los ocho años, Fortuna movía los pies más rápido que los alados tobillos de Mercurio y era capaz de ganarle una carrera a cualquiera: dios, humano o bestia.

A Deméter le pidió que le enseñara todo sobre la cosecha y los árboles frutales. Fortuna sabía diferenciar, con velocidad y precisión, cada una de las especies vegetales de Grecia. Sabía dónde crecía cada arbusto, cuándo florecía cada plantita y cómo cosechar cada siembra.

A Hera, su legítima esposa, Zeus no le pidió nada. Quizá por celos, la diosa de la estabilidad, y la familia, no quería ni ver a Fortuna.

De hecho, cuando Thyké cumplió los quince años, Hera impuso en el Olimpo una regla de moralidad:
-       “nada de hijos bastardos entre los dioses.”

Aquellos que no fueran hijos de una unión pura, debían morar entre los humanos . . . sin embargo ya era tarde para contrariar a Zeus, el astuto jefe había urdido un plan para que Fortuna, por fuerza, se quedara entre los dioses, y no solamente no fuera rechazada, sino todavía más cuidada y mimada por todos.

Para ser un dios, como se sabe, hay que ser inmortal, sano, joven y bello de forma permanente. Esto se conseguía bebiendo cada mañana la cantidad necesaria de néctar y comiendo la dosis imprescindible de ambrosía, los alimentos sagrados que otorgaban esos dones.

Cuando el entrenamiento de Mercurio y Deméter hubo terminado, Zeus anunció cambios en el Olimpo.

A partir de aquel día, el néctar y la ambrosía no aparecerían mágicamente en una botella en la cesta de sus desayunos, sino que se encontrarían en los primeros frutos de cada mañana de los árboles de la tierra.

Las primeras manzanas, los primeros melocotones, las primeras fresas de cada día llevarían en su pulpa los nutrientes mágicos para mantener a los habitantes del Olimpo jóvenes y saludables, y por lo tanto, inmortales y por lo tanto, dioses.

Para evitar que los humanos comieran de esos poderosos elixires, Zeús dictaminó que el más pequeño rayo de sol  que bañara los frutos recién nacidos inactivara los líquidos tan preciados.

El plan estaba completo. Pero  - ¿quién podría reconocer y recolectar los primeros frutos del día, tan hábil y velozmente como para que las primeras luces del sol no los alcanzaran? Unicamente Fortuna.

Y así fe. Todas las madrugadas, Fortuna salía presurosa a recorrer toda la tierra para recoger los primeros frutos de cada árbol antes de que el sol dañara su maravilloso contenido. Los reunía en un cesto y velozmente los subía al Olimpo para el desayuno de los dioses, que aplaudían y festejaban su eficiencia

Una mañana Fortuna no llegó a  tiempo, los dioses empezaron a desesperarse. No pasaba nada si un día no se alimentaban del néctar pero si la ausencia se prolongaba, morirían, enfermarían o peor aún, envejecerían.

Una comisión de dioses, fue a buscar a Fortuna por las calles de Grecia.  Allí, se enteraron de que un pescador la había atrapado accidentalmente mientras lanzaba sus redes al Egeo. Fascinado por su belleza y sorprendido por el destino final de su carga, no quiso dejarla partir.

Los dioses se aparecieron ante el pescador y le preguntaron que quería a cambio de dejarla ir. El hombre temblando preguntó:

-       puedo pedir lo que quiera?
-       lo que quieras, dijeron, los dioses, - se te concederá y la dejarás en libertad.

El pescador pidió, y todo lo solicitado le fue concedido, después de lo cuál Fortuna estuvo otra vez libre.

Los dioses volvieron al Olimpo. Su provisión de alimentos estaba otra vez a salvo y en buenas manos.

Entre los humanos empezó a correr la voz: “el que atrapara a Fortuna podría pedir a los dioses  lo que quisiera, porque ellos se lo concederían a cambio de su libertad”.

Enterada del peligro, Fortuna tomó más y más precauciones, y pidió al resto de los dioses que le enseñaran algunas cosas más en beneficio mutuo.  De Diana aprendió a escabullirse para que nadie la viera. Empezó a viajar con mucho sigilo, sin dejar que se notara su presencia.

De Afrodita, a peinar su hermoso y largo cabello bien estirado y rematado en una maravillosa trenza que, en lugar de peinar hacia la espalda como había hecho hasta entonces, empezó a dejar caer hacia delante, saliendo de su frente y descendiendo hasta el pecho.

De Urano aprendió a no dejarse atrapar por nadie, y de Ares la estrategia de la guerra. Posiblemente como producto de todo este aprendizaje, y por temor a que le tendieran una emboscada, al hacer su camino habitual, Fortuna decidió que su andar no debía ser previsible.

Para evitarlo, tomó una caprichosa decisión: su pie jamás debería de pisar su propia huella . . .

Un poco por hábito y mucho seguramente por sus excentricidades, esta decisión se volvió obsesión, y la diosa Fortuna se cuidaba muy bien de no volver a pasar dos veces por el mismo lugar.

De Baco aprendió las virtudes del vino para así emborrachar a los que consiguieran atraparla y escaparse, dejándolos sin nada.

Cuenta la leyenda, que sigue siendo cierto que si en tu camino atrapas alguna vez a la diosa Fortuna, los dioses te concederán lo que desees para que la dejes libre.

Por lo tanto . . . recuerda . . .

  • Deberás estar atento, con los ojos bien abiertos y la mirada curiosa.
  • Deberás cambiar de lugar en vez de esperarla siempre en el mismo sitio, porque bien podría ser que ya haya pasado por allí y nunca repita su paso.
  • Deberás verla acercarse, reconocerla.
  • Tendrás que acercarte cuando pase por tu lado: si te distraes no podrás agarrarla ni de la trenza porque ésta cuelga hacia delante.
  • Si se te escapa, no la persigas, porqué corre mucho más rápido que tú.
  • Sólo aprende y permanece alerta para la próxima vez que te cruces con ella.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿De dónde vienen Los Reyes Magos?




Lo único que queda claro al leer el Evangelio es que eran varios, que visitaron a Herodes y que ofrendaron al niño Jesús. Pero en ningún momento se especifica cuántos eran, de dónde venían, sus razas, edades o aspecto. La historia se fue construyendo con el tiempo a través del libro de Pepe Rodríguez "Mitos y Ritos de la Navidad".
Hasta el siglo X se les acreditaba como sacerdotes persas. Todas la imágenes que se tenían de ellos en aquella época nos los muestran blancos, no es hasta el siglo XVI que se nos presenta a Baltasar de raza negra. 


Melchor, el más anciano pasó a simbolizar a los europeos, ofreciendo a Jesús el oro, Gaspar representa a los semitas de Asia y trae el incienso; y Baltazar viene de Africa con su mirra.
Dice el escritor Pepe Rodríguez en su libro, que con el descubrimiento de América, la Iglesia pensó incluso en darle su lugar a los indios en el cortejo. Pero ya era muy tarde para agregar un cuarto rey.

Y digo yo: ¿Por qué se empeña la Iglesia en adornar la historia? ¿Por qué decimos a nuestros hijos que eran tres los Reyes Magos cuando en el fondo no tenemos ni idea? ¿Por qué hacemos dogma de las tradiciones?

Y por otra parte...¿ qué celebra la Iglesia el 6 de enero? ¿De dónde viene la costumbre de poner regalos a los niños este día? 

El Día de Reyes se comenzó a celebrar a principios del siglo III por los cristianos orientales de Constantinopla, coincidiendo con la fiesta pagana del nacimiento del Aion, símbolo del Tiempo Nuevo. En Occidente se practica desde el siglo V.
La costumbre de traer regalos surgió a mediados del siglo XIX para contrarrestar la tradición pagana de San Nicolás, un obispo de la Iglesia oriental que vivió en el siglo IV y que era conocido por su generosidad con los niños. San Nicolás ahora se ha transformado en Santa Claus. Al principio, los Reyes en lugar de juguetes traían cosas como ropa, comida, e incluso leña y carbón a los niños que se portaban mal.

Hoy en día la lluvia de regalos parece no tener fin. Celebramos Reyes y papá Noel indiscriminadamente sin más motivo que el consumismo que llena falsamente nuestra existencia.



viernes, 16 de diciembre de 2011

"A un olmo seco". Antonio Machado.


Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

                                                      Antonio Machado

jueves, 8 de diciembre de 2011

Desde los afectos. Mario Benedetti.


DESDE LOS AFECTOS

Mario Benedetti

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo.
Que nadie establece normas salvo la vida.
Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
Que la forma no se pierde con abrirnos.
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
Que no está prohibido amar.
Que también se puede odiar.
Que el odio y el amor son afectos.
Que la agresión porque sí, hiere mucho.
Que las heridas se cierran.
Que las puertas no deben cerrarse.
Que la mayor puerta es el afecto.
Que los afectos nos definen.
Que definirse no es remar contra la corriente.
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja.
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
Que negar palabras implica abrir distancias.
Que encontrarse es muy hermoso.
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.
Que la vida parte del sexo.
Que el "por qué" de los niños tiene un por qué.
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad.
Que para saber todo de todos es curiosidad malsana.
Que nunca está de más agradecer.
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.
Que nadie quiere estar solo.
Que para no estar solo hay que dar.
Que para dar debimos recibir antes.
Que para que nos den también hay que saber como pedir.
Que saber pedir no es regalarse.
Que regalarse es en definitiva no quererse.
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos.
Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Que ayudar es poder alentar y apoyar.
Que adular no es ayudar.
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
Que las cosas cara a cara son honestas.
Que nadie es honesto porque no roba.
Que el que roba no es ladrón por placer.
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo.
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte.
Que se puede estar muerto en vida.
Que se siente con el cuerpo y la mente.
Que con los oídos se escucha.
Que cuesta ser sensible y no herirse.
Que herirse no es desangrarse.
Que para no ser heridos levantamos muros.
Que quien siembra muros no recoge nada.
Que casi todos somos albañiles de muros.
Que sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol.

¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Ricote Erudito.


De estos conozco yo un montón, porque dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Aquí tenéis una poema cortito e interesante.


El ricote erudito 

Hubo un rico en Madrid (y aun dicen que era
más necio que rico>,
cuya casa magnífica adornaban
muebles exquisitos.
  «¡Lástima que en vivienda tan preciosa»,
le dijo un amigo,
«falte una librería!, bello adorno,
útil y preciso.»
  Cierto», responde el otro. «Que esa idea
no me haya ocurrido!...
A tiempo estamos. El salón del Norte
a este fin destino.
  Que venga el ebanista y haga estantes
capaces, pulidos,
a toda costa. Luego trataremos
de comprar los libros.
  Ya tenernos estantes. Pues, ahora»,
el buen hombre dijo,
«¡echarme yo a buscar doce mil tomos!
¡No es mal ejercicio!
  Perderé la chaveta, saldrán caros,
y es obra de un siglo...
Pero ¿no era mejor ponerlos todos
de cartón fingidos?
  Ya se ve: ¿por qué no? Para estos casos
tengo yo un pintorcillo
que escriba buenos rótulos e imite
pasta y pergamino.
  Manos a la labor.» Libros curiosos
modernos y antiguos
mandó pintar, y a más de los impresos,
varios manuscritos.
  El bendito señor repasó tanto
sus tomos postizos
que, aprendiendo los rótulos de muchos,
se creyó erudito.

Tomás de Iriarte

Pues ¿qué más quieren los que sólo estudian
títulos de libros,
si con fingirlos de cartón pintado
les sirven lo mismo?

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuando la Marmota ríe...



Hola amig@s, me gustaría compartir con vosotros un cuento muy cortito que me dio mucho que pensar la primera vez que lo leí. Espero que sepáis sacarle provecho, jajaja, porque a veces las cosas se nos hacen evidentes con la distancia.
Me parece que este cuento lo leí en "Cuentos para regalar a personas originales" de Enrique Mariscal... y estoy con él en que hay que ser original para apreciar la risa de la marmota.


Hay que tomarse un tiempo para ver. Necesitamos una pausa para reaccionar, para comprender, una distancia para «darnos cuenta».
A veces, estos lapsos pueden ser muy prolongados; otras, no tanto. 
Las respuestas dependen de la disponibilidad interna para lo nuevo, de la capacidad de asombro y de la libertad mental que tenga el observador.


Cuando la marmota ríe
En cierta ocasión los animales se pusieron de acuerdo en que no debían traicionar la alegría. Sólo gozarían del derecho a vivir las especies alegres; las tristes tendrían que desaparecer, morir aplastadas por la pesadumbre.
Para ello todas deberían someterse a un examen definitivo: hacer reír a la marmota.


El recurso adoptado fue utilizar un chiste o historia divertida. Si conseguían que la marmota riese, era evidente que el relator gozaba de una alegría contagiosa y, por lo tanto, tenía derecho a vivir.
El primer turno le correspondió a la tortuga, que se esmeró para que la marmota apreciase una anécdota festiva.
La evaluadora no se rió, y por consiguiente su mutismo expresivo la sentenció a la muerte inexorable.
Luego, le tocó a la liebre, quien contó lo suyo con entusiasmo y confianza: la marmota no rió. Y la simpática corredora sufrió la indiferencia fatal. Luego el pavo, más tarde el oso, después el gallo, la cebra. Todos fracasaron...
De pronto se presentó la lechuza. Con voz firme y en frases cortas, narró una desternillante historia de enredos... Todos miraron ansiosos a la marmota, que comenzó a reír y reír cada vez de forma más estruendosa, incontenible. El león, admirado, preguntó:
—¿Te ha gustado el cuento de la lechuza?
—No, ¡qué bueno el de la tortuga!
Cuando la marmota ríe, hay que remontarse a las causas primeras, remotas, porque tarda en festejar.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Gustavo Adolfo Bécquer



Estos versos se los dedico a una persona que está muy cerca de mí, a la que quiero mucho y sufro con su dolor. Seguro que Bécquer tiene algo para ella... o para ti.


Alguna vez la encuentro por el mundo
y pasa junto a mí;
y pasa sonriéndose, y yo digo:
"¿Cómo puede reír?"


Luego asoma a mi labio otra sonrisa,
máscara del dolor,
y entonces pienso: " Acaso ella se ríe
como me río yo?"


Asomaba a sus ojos un lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.


Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?",
y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?"


Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.


¡Lástima que el amor no tenga un diccionario 
no tenga dónde hallar
cuándo el orgullo es simplemente orgullo
y cuándo es dignidad!


Si de nuestros agravios en un libro 
se escribiese la historia,
y se borrase en nuestras almas cuanto
se borrase en sus hojas;
te quiero tanto aún, dejó en mi pecho 
tu amor huellas tan hondas,
que sólo con que tú borrases una,
¡las borraba yo todas!


Como en un libro abierto
leo de tus pupilas en el fondo;
¿a qué fingir el labio
risas que se desmienten en los ojos?
¡Llora! No te avergüences
de confesar que me has querido un poco.
¡Llora; nadie nos mira!
Ya ves: yo soy un hombre...¡Y también lloro!


 Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. 

sábado, 5 de noviembre de 2011

Las palabras que curan

Hola amig@s, en esta tarde desapacible, que invita a la lectura y a la reflexión, me gustaría comentar un libro que me regaló una amiga hace algún tiempo. Se llama "Las palabras que curan" y es una selección de frases y comentarios realizados por Álex Rovira. Después de leerlo varias veces he entresacado mis propios párrafos, aquellos que no quiero olvidar y que son un soporte fundamental en mi vida. Creo que cada uno de ellos pueden ayudarnos y sirven de reflexión para todos.

Las palabras son el vehículo de contacto de nuestra alma con la realidad, nos brindan además la posibilidad de significar toda experiencia. Son puente y camino para conocer y reconocer al ser próximo, descubrir sus matices, y cómo no, son también el vehículo de llegar a nosotros mismos.

La palabra es mitad de quien la pronuncia , mitad de quien la escucha. La palabra sorprende, conmueve, enternece y emociona. Pero lo  más milagroso que sucede con las palabras, es que nos pueden curar. Con la palabra podemos hacer nuestra alquimia interior.

"Cuando mi sufrimiento se incrementó, pronto me di cuenta que había dos maneras con las que podía responder a la situación: reaccionar con amargura o transformar el sufrimiento en un fuerza creativa. Elegí esta última." MARTIN LUTHER KING

Muchas veces la vida carece completamente de sentido: en el dolor, el accidente,  la injusticia, la infamia, el abuso, la violación, la enfermedad...No existen argumentos que justifiquen un sentido en la vida cuando el dolor es total. No los hay. Yo no los sé ver.
Pero no somos seres que vivimos en una isla sin relacionarnos con nadie y es en esos momentos cuando nos toca seguir andando gracias a la evocación de nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos, el afecto de las personas que nos quieren, que sin darnos cuenta, hacen que nuestro corazón tome aire, que respire y le dé una nueva oportunidad a la vida.

La felicidad es una manera de andar. No es un destino, es un síntoma que aparece al caminar y mientras que unos se dedican a perseguirla hay otros que la crean amando, ayudando, desarrollando su conciencia, procurando cuidar lo esencial o brindando pellizcos de alegría  a quienes le rodean y...cuando lo hacen son felices. La felicidad no está en las cosas, sino que se pone en ellas, es un lenguaje que podemos desarrollar, porque depende de nosotros. Si observas una persona realmente feliz, la encontrarás construyendo un barco, escribiendo una sinfonía o un poema, plantando dalias o buscando huevos de dinosaurio en el desierto de Gobi. jaja.

"Le dijo al almendro: -Hermano, háblame de Dios
 y el almendro se cubrió de flores."
NIKOS KAZANTZAKIS
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