En 1993 el fotógrafo sudafricano Kevin Carter viajó a Sudán.
Allí tomó la foto de una bebé moribunda acechada por un buitre tres veces más
grande que ella. La imagen ganó el premio Pulitzer.
Carter fue a recibir el premio a Nueva York pocos días
después. Muchos le criticaron por tomar fotos y no intervenir: le preguntaban
por qué no había ayudado a la niña.
El 27 de julio de 1994 Kevin Carter se
suicidó dentro de su camioneta.