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martes, 7 de mayo de 2013

EL Ave Fénix

Hola amigos, esta noche quiero hablaros del Ave Fénix.


El Fénix es un ave mitológica del tamaño de un águila, con las plumas rojas, naranjas y amarillo incandescente, de fuerte pico y fuertes garras.


El Fénix es un símbolo de renacimiento físico y espiritual, representa el poder del fuego, la purificación y la inmortalidad.

Según la leyenda cristiana el Ave Fénix vivía en los jardines del Paraíso y anidaba en un rosal.

Cuando Adán y Eva fueron expulsados, de la espada del Ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, ardiendo éste y su inquilino.

Sin embargo el Fénix era la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso por lo que se le concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.

Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que empollaba durante tres días y después ardía. El Fénix se quemaba por completo, y al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma Ave Fénix única y eterna. Esto ocurría cada 500 años.


 Para ti, Ave Fénix, con todo mi cariño



miércoles, 26 de septiembre de 2012

El efecto Pigmalión. Si crees que es posible...será.



Pigmal
ión fue un rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la que casarse. Pero, con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas. 

Una de ellas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de ella. 

Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida.







Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo: "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". Y así fue como Galatea se convirtió en humana.
Este suceso fue nombrado como el efecto Pigmalión ya que éste superó lo que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva ésta llegó efectivamente a estarlo.
De alguna manera nos viene a explicar lo que yo resumiría diciendo:


Tanto si piensas que una cosa es posible como si piensas que no lo es, tendrás razón.


Si crees que algo es posible... será posible
y si crees que no lo es, no lo será.



miércoles, 27 de junio de 2012

Zeus y la mona madre


Monos graciososHizo Zeus una proclama a todos los animales prometiendo una recompensa a quien su hijo fuera juzgado como el más guapo. Vino entonces la señora mona junto con los demás animales y presentó, con toda la ternura de madre, un monito con nariz chata, sin pelo, y enfermizo, como su candidato para conseguir el premio.

Una gran risa fue el saludo general en su presentación. Y ella orgullosamente dijo:

- Yo no sé si Zeus pondrá su premio sobre mi hijo, pero sí sé muy bien, de que al menos en mis ojos, los de su madre, él es el más querido, el más guapo y bello de todos.

Debemos estar siempre orgullosos de lo que amamos, y no tener pena en publicarlo.

Zeus, Prometeo y Atenea.


Zeus hizo un toro, Prometeo un hombre y Atenea una casa. 
 Llamaron a Momo como juez.
Momo, celoso de sus obras, empezó a decir que Zeus había cometido un error al no colocar los ojos del toro en los cuernos, a fin de que pudiera ver dónde hería, y Prometeo otro, al no poner el corazón del hombre fuera de su pecho, para que la maldad no estuviera escondida y todos pudieran ver lo que hay en el espíritu. En cuanto a Atenea, que debía haber colocado su casa sobre ruedas, con objeto de que si un malvado se instalaba en la vecindad, sus moradores pudieran trasladarse fácilmente.


Zeus, indignado por su envidia, arrojó a Momo del Olimpo.

Cualquier obra que se haga, por más perfecta que parezca, siempre alguien encontrará alguna razón para criticarla. Así que nunca nos desanimemos por lo que juzguen de nuestras obras; nunca faltará quien le encuentre defectos.

sábado, 19 de mayo de 2012

Leyenda China


Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.







jueves, 19 de abril de 2012

Usar la imaginación. Leyenda Medieval.


Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer.

En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto ....la horca!!!!!

El Juez también compinche, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:

 "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino."

Por supuesto el mal funcionario habia preparado dos papeles con la misma leyenda "CULPABLE", y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente: "Pero qué hizo??? Y ahora??? Cómo vamos a saber el veredicto?"

 "Es muy sencillo respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué". 

Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.


Moraleja: 

SEA CREATIVO.
CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO,
USE LA IMAGINACIÓN. 

domingo, 15 de abril de 2012

El león vencido por el hombre. Samaniego.



Cierto artífice pintó
una lucha, en que, valiente,
un Hombre tan solamente
a un horrible León venció.
Otro león, que el cuadro vió,
sin preguntar por su autor,
en tono despreciador
dijo: bien se deja ver
que es pintar como querer,
y no fue león el pintor.

Félix María Samaniego

lunes, 2 de abril de 2012

Leyenda de la India








Una leyenda de la India nos cuenta de un ratón que le tenía terror a los gatos hasta que un mago aceptó transformarlo en gato. Eso resolvió su temor... hasta que se encontró con un perro, así que el mago lo convirtió en perro.















 El ratón convertido en gato, convertido en perro, se sintió contento hasta toparse con un tigre... de modo que, otra vez, el mago lo convirtió en aquello que lo atemorizaba.

Pero cuando el tigre se le presentó con la queja de que se encontró con un cazador, se negó a ayudarlo...






 "Te convertiré nuevamente en ratón, porque aunque tienes cuerpo de tigre, tu corazón sigue siendo de ratón".



Moraleja: La valentía surge de lo que somos. Los apoyos externos pueden sustentar temporalmente.
Pero solo el carácter interno crea valentía.

Daniela- Iris Corominas

La fábula de un idiota





En un pueblo Indio, había un muchacho al que llamaban "el idiota". Un visitante extranjero oyó hablar del chico y quiso averiguar el porqué. Un día de mercado, lo vio, entre un grupito de gente, acercóse y observó. Alguno de los contertulios, le enseñaban una moneda de 100 dinars en una mano y una de 5 dinars en la otra, y le daban a elegir; el muchacho pensativo, acababa por elegir la moneda de 5 dinars y con ello causaba grandes risotadas a todos.Ese es el idiota, jajaja. Provocando que varios, en el afán de reírse del muchacho, le continuaban poniendo las monedas, acabando siempre por la risa. El extranjero, indignado con la situación, llamó al muchacho aparte y le dijo: Pero chico, ¿cómo consientes tanta burla, risas y que te llamen el idiota? Cuando te ofrezcan las monedas, no seas tonto y elige la de 100 dinares, que tiene 20 veces más valor y evitarás que se burlen de ti.
El muchacho le contestó: Señor, yo no soy idiota, si eligiera la moneda de 100 dinares ganaría una vez, pero no provocaría risa ni afán de ofrecerme más monedas, mientras que eligiendo la de 5 dinares cada vez, he reunido muchísimo más dinero de 100 dinares y ellos siempre tienen ganas de ofrecérmelas otra vez para reírse.

domingo, 11 de marzo de 2012

El Mito de la Diosa Fortuna. Jorge Bucay


Hubo una época en que los destinos de la humanidad dependían de los caprichos de los dioses.
El Olimpo era el templo en donde se cocinaban los más bellos y los más horrendos sucesos del mundo terrenal.
Terremotos, guerras, amores trágicos y monstruos invencibles eran creados, enviados y decididos por la comunidad mitológica.


De entre todos, Zeus era el más imponente. Jefe y padre de  de todos los demás, gobernaba con mano dura y hacia valer su voluntad y capricho sobre cada suceso, cada hecho, cada instante.
Como todos los dioses griegos, Zeus distaba mucho de ser moralmente correcto, éticamente respetable o políticamente justo. Más bien se le describe como irascible, caprichoso y autoritario.
Pero además Zeus era famoso por su insaciable apetito sexual. Siempre estaba enamorándose, conquistando o llevando a la cama a alguna hembra, algún jovencito y alguno que otro animalejo simpático y seductor .
De sus aventuras sexuales, (no eran épocas de preservativos ni de cálculos controladores de natalidad), nacieron algunos dioses, varios semidioses y unas cuantas criaturas extrañas.

Una noche, borracho de vino y de pasión, Zeus se acostó con la hermosa Thetis, diosa de lo legal y lo justo, a la que hacía tiempo, le había echado el ojo.
De esa unión entre lo anárquico y lo que debe de ser, nació Thyké (para los romanos Fortuna), hermosa muchacha que gozaba de los favores de su padre (cosa bastante poco frecuente en la vida de Zeus).

Cuenta la leyenda que ya desde pequeñita, Zeus la mandaba a buscar y la hacía conducir a su presencia para que permaneciera cerca de él.
Para intentar entretenerla, el dios supremo pidió a cada uno de los habitantes del Olimpo que enseñara algo a su hija preferida.
A Mercurio, específicamente, le encomendó que la entrenara para correr más rápido que nadie.

Ya a los ocho años, Fortuna movía los pies más rápido que los alados tobillos de Mercurio y era capaz de ganarle una carrera a cualquiera: dios, humano o bestia.

A Deméter le pidió que le enseñara todo sobre la cosecha y los árboles frutales. Fortuna sabía diferenciar, con velocidad y precisión, cada una de las especies vegetales de Grecia. Sabía dónde crecía cada arbusto, cuándo florecía cada plantita y cómo cosechar cada siembra.

A Hera, su legítima esposa, Zeus no le pidió nada. Quizá por celos, la diosa de la estabilidad, y la familia, no quería ni ver a Fortuna.

De hecho, cuando Thyké cumplió los quince años, Hera impuso en el Olimpo una regla de moralidad:
-       “nada de hijos bastardos entre los dioses.”

Aquellos que no fueran hijos de una unión pura, debían morar entre los humanos . . . sin embargo ya era tarde para contrariar a Zeus, el astuto jefe había urdido un plan para que Fortuna, por fuerza, se quedara entre los dioses, y no solamente no fuera rechazada, sino todavía más cuidada y mimada por todos.

Para ser un dios, como se sabe, hay que ser inmortal, sano, joven y bello de forma permanente. Esto se conseguía bebiendo cada mañana la cantidad necesaria de néctar y comiendo la dosis imprescindible de ambrosía, los alimentos sagrados que otorgaban esos dones.

Cuando el entrenamiento de Mercurio y Deméter hubo terminado, Zeus anunció cambios en el Olimpo.

A partir de aquel día, el néctar y la ambrosía no aparecerían mágicamente en una botella en la cesta de sus desayunos, sino que se encontrarían en los primeros frutos de cada mañana de los árboles de la tierra.

Las primeras manzanas, los primeros melocotones, las primeras fresas de cada día llevarían en su pulpa los nutrientes mágicos para mantener a los habitantes del Olimpo jóvenes y saludables, y por lo tanto, inmortales y por lo tanto, dioses.

Para evitar que los humanos comieran de esos poderosos elixires, Zeús dictaminó que el más pequeño rayo de sol  que bañara los frutos recién nacidos inactivara los líquidos tan preciados.

El plan estaba completo. Pero  - ¿quién podría reconocer y recolectar los primeros frutos del día, tan hábil y velozmente como para que las primeras luces del sol no los alcanzaran? Unicamente Fortuna.

Y así fe. Todas las madrugadas, Fortuna salía presurosa a recorrer toda la tierra para recoger los primeros frutos de cada árbol antes de que el sol dañara su maravilloso contenido. Los reunía en un cesto y velozmente los subía al Olimpo para el desayuno de los dioses, que aplaudían y festejaban su eficiencia

Una mañana Fortuna no llegó a  tiempo, los dioses empezaron a desesperarse. No pasaba nada si un día no se alimentaban del néctar pero si la ausencia se prolongaba, morirían, enfermarían o peor aún, envejecerían.

Una comisión de dioses, fue a buscar a Fortuna por las calles de Grecia.  Allí, se enteraron de que un pescador la había atrapado accidentalmente mientras lanzaba sus redes al Egeo. Fascinado por su belleza y sorprendido por el destino final de su carga, no quiso dejarla partir.

Los dioses se aparecieron ante el pescador y le preguntaron que quería a cambio de dejarla ir. El hombre temblando preguntó:

-       puedo pedir lo que quiera?
-       lo que quieras, dijeron, los dioses, - se te concederá y la dejarás en libertad.

El pescador pidió, y todo lo solicitado le fue concedido, después de lo cuál Fortuna estuvo otra vez libre.

Los dioses volvieron al Olimpo. Su provisión de alimentos estaba otra vez a salvo y en buenas manos.

Entre los humanos empezó a correr la voz: “el que atrapara a Fortuna podría pedir a los dioses  lo que quisiera, porque ellos se lo concederían a cambio de su libertad”.

Enterada del peligro, Fortuna tomó más y más precauciones, y pidió al resto de los dioses que le enseñaran algunas cosas más en beneficio mutuo.  De Diana aprendió a escabullirse para que nadie la viera. Empezó a viajar con mucho sigilo, sin dejar que se notara su presencia.

De Afrodita, a peinar su hermoso y largo cabello bien estirado y rematado en una maravillosa trenza que, en lugar de peinar hacia la espalda como había hecho hasta entonces, empezó a dejar caer hacia delante, saliendo de su frente y descendiendo hasta el pecho.

De Urano aprendió a no dejarse atrapar por nadie, y de Ares la estrategia de la guerra. Posiblemente como producto de todo este aprendizaje, y por temor a que le tendieran una emboscada, al hacer su camino habitual, Fortuna decidió que su andar no debía ser previsible.

Para evitarlo, tomó una caprichosa decisión: su pie jamás debería de pisar su propia huella . . .

Un poco por hábito y mucho seguramente por sus excentricidades, esta decisión se volvió obsesión, y la diosa Fortuna se cuidaba muy bien de no volver a pasar dos veces por el mismo lugar.

De Baco aprendió las virtudes del vino para así emborrachar a los que consiguieran atraparla y escaparse, dejándolos sin nada.

Cuenta la leyenda, que sigue siendo cierto que si en tu camino atrapas alguna vez a la diosa Fortuna, los dioses te concederán lo que desees para que la dejes libre.

Por lo tanto . . . recuerda . . .

  • Deberás estar atento, con los ojos bien abiertos y la mirada curiosa.
  • Deberás cambiar de lugar en vez de esperarla siempre en el mismo sitio, porque bien podría ser que ya haya pasado por allí y nunca repita su paso.
  • Deberás verla acercarse, reconocerla.
  • Tendrás que acercarte cuando pase por tu lado: si te distraes no podrás agarrarla ni de la trenza porque ésta cuelga hacia delante.
  • Si se te escapa, no la persigas, porqué corre mucho más rápido que tú.
  • Sólo aprende y permanece alerta para la próxima vez que te cruces con ella.

lunes, 20 de febrero de 2012

ANFITRIÓN: Cornudo, tranquilo y feliz


CUIDADO CON SER UN BUEN ANFITRIÓN...

  Para pensárselo dos veces. (A veces no sabemos de lo que hablamos)

ORIGEN DE LA PALABRA ANFITRIÓN

En la mitología griega, Anfitrión era el marido de Alcmena, madre de Hércules.
Mientras Anfitrión estaba en la guerra de Tebas, Zeus tomaba su forma para acostarse con Alcmena, noche tras noche, tras lo cual ella queda embarazada.    Con el embarazo de Alcmena, un gran alboroto fue creado porque evidentemente Anfitrión dudó de la fidelidad de su esposa.
Al final todo fue aclarado por Zeus y Anfitrión se puso contento por ser el marido de una mujer elegida por el Dios Zeus. De aquellas noches de amor nació el semidiós Hércules.
A partir de allí, el término anfitrión pasó a tener el sentido de:
"aquél que recibe en su casa"

Por lo tanto, Anfitrión es sinónimo de *CORNUDO, TRANQUILO Y FELIZ*

RESUMIENDO:
CUANDO ALGUIEN DIGA QUE USTED  ES UN BUEN ANFITRIÓN...ESTÉ ATENTO Y ... AL LORO !!!!!! 

DEMASIADA CULTURA ES UN PROBLEMA...

domingo, 5 de febrero de 2012

Diógenes de viaje


Yendo de viaje, Diógenes el cínico llegó a la orilla de un río torrencial y se detuvo perplejo. Un hombre acostumbrado a hacer pasar a la gente el río, viéndole indeciso, se acerco a Diógenes, lo subió sobre sus hombros y lo pasó complaciente a la otra orilla.
Quedó allí Diógenes, reprochándose su pobreza que le impedía pagar a su bienhechor. Y estando pensando en ello advirtió que el hombre, viendo a otro viajero que tampoco podía pasar el río, fue a buscarlo y lo transportó igualmente. Entonces  Diógenes se acercó al hombre y le dijo:
-No tengo que agradecerte ya tu servicio, pues veo que no lo haces por razonamiento, sino por manía.

                                                              Esopo

Cuando servimos por igual a personas de buen agradecimiento, así como a personas desagradecidas, sin duda que nos calificarán, no como buena gente, sino como ingenuos o tontos. Pero no debemos desanimarnos por ello, tarde o temprano, el bien paga siempre con creces.

lunes, 16 de enero de 2012

"La zorra y el busto" de Samaniego.


Que ningún hombre, amigo o desconocido, se dé por aludido al leer esta fábula,  sólo es una reflexión que hace referencia a los que pareciendo hombres sólo son bustos.   


Dijo la Zorra al Busto,
Después de olerlo:
«Tu cabeza es hermosa, 
Pero sin seso»

Como éste hay muchos,
Que aunque parecen hombres, 
Sólo son bustos.


 

sábado, 14 de enero de 2012

La zorra y el leñador. Esopo.


Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña. Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.



No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.
Esopo

miércoles, 11 de enero de 2012

El león enamorado

El león enamorado de la hija del labrador

Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio.
Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que le inspiraba. Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición:
que se arrancara los dientes y se cortara sus uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija.
El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba.
Una vez que el león cumplió lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes.




¿Qué os parece? 
¿Debemos fiarnos de las demás personas o tenemos que vivir en estado de alerta?

viernes, 6 de enero de 2012

La caja de Pandora


Prometeo fue uno de los Titanes, una raza de gigantes que habitó la Tierra antes de la creación del hombre. A él y a su hermano Epimeteo fue encargada la tarea de hacer al hombre, y proveerlo, tal como a los otros animales, de las facultades necesarias para su preservación. 
Epimeteo fue el obrero y Prometeo vigiló el trabajo. Así fueron dotando a los diferentes animales de coraje, fuerza, rapidez, sagacidad; garras para unos y alas para otros... Pero cuando llegó el momento de dar sus dones al hombre, que tenía que ser superior a todos los demás animales, Epimeteo había sido tan pródigo con sus recursos que ya no le quedaban dones.

Prometeo entonces, para subsanar la situación, subió al cielo y, con la ayuda de Atenea, encendió su antorcha en el carro del Sol, y le regaló el fuego a los hombres. Este don hizo al hombre mucho más poderoso que todos los animales. El fuego permitió al hombre fabricar armas para vencer a los animales y herramientas para cultivar la tierra, pudo calentar su casa para independizarse del clima, y finalmente introdujo las artes y la moneda, lo que significa intercambio y comercio.

La mujer todavía no había sido creada. La leyenda cuenta que Zeus hizo a la mujer y la envió a Prometeo y su hermano para castigarlos por haber robado el fuego... y también para castigar al hombre por haber aceptado el don.

La primera mujer fue Pandora. Fue hecha en el cielo y todos los dioses contribuyeron en algo para perfeccionarla. Afrodita le dio belleza, Hermes la persuasión, Apolo la música... Así equipada, Pandora fue llevada a la Tierra y presentada a Epimeteo que la aceptó feliz, a pesar de los temores de su hermano, que no confiaba en Zeus y sus regalos.

Pandora llevaba con ella su dote, entre otras cosas  un baúl. Poco a poco fue creciendo en Pandora una gran curiosidad por conocer el contenido de dicha caja; finalmente, un día quebró el sello y abrió la tapa para mirar dentro. Pero en ese mismo momento escaparon de la caja una multitud de plagas para atormentar a los hombres, como la gota, el reumatismo y los cólicos para el cuerpo, y la envidia, la ira y la venganza para el alma, y estos males se repartieron por todas partes.

Pandora se apresuró en cerrar la caja, pero ya era tarde, todo el contenido de la caja había escapado, exceptuando una sola cosa que yacía confundida al fondo, esa era la esperanza. Desde entonces, aunque los males nos acechen, la esperanza nunca nos deja por entero. Y mientras tengamos un poco de esperanza, ningún mal puede derrotarnos completamente.


Por eso se dice que la esperanza es lo último que se pierde.

miércoles, 4 de enero de 2012

El escorpión y la rana. Esopo.


Esta fábula de Esopo se la dedico a Chema, una persona que lleva su bendición y su maldición a cuestas.

El escorpión y la rana  
Estaba  una  ranita descansando junto a la orilla de  un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río llevándome a tus  espaldas?
— ¿Que te lleve a mi espalda? contestó la rana ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.
—No seas tonta, le respondió  el escorpión ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en   el agua y como yo no se nadar, también me ahogaré?
La ranita, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:
—Si me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo. Y entonces, la rana  le contestó al escorpión :
—Mira, escorpión. Después de haberlo meditado, te voy a ayudar a cruzar el río. Sube. El escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto,  el escorpión picó con su aguijón a la rana y ésta  sintió el picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Mientras se ahogaba, sacó  las últimas fuerzas que le quedaban para  preguntarle al escorpión por su acción::
—No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. El escorpión le respondió:
—Lo siento ranita. Es mi naturaleza, es mi esencia, no he podido evitarlo, no puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de  forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Poco después , desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.
Moraleja
Procuremos no engañarnos, amigos, pensando que somos diferentes de lo que somos. Ni tratemos de engañar a los demás.
Al igual que el escorpión, las personas muchas veces actuamos por naturaleza propia, dañándonos a nosotros mismos o a las personas que nos rodean. Es necesario reflexionar sobre quién de los dos es más culpable: la rana por no saber lo que le convenía y dejarse convencer, o el escorpión por dejarse llevar por sus instintos.

¿Pueden las circunstancias, y nuestra voluntad ayudarnos a cambiar nuestra naturaleza?

 ¿Acaso no somos racionales y libres?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Ricote Erudito.


De estos conozco yo un montón, porque dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Aquí tenéis una poema cortito e interesante.


El ricote erudito 

Hubo un rico en Madrid (y aun dicen que era
más necio que rico>,
cuya casa magnífica adornaban
muebles exquisitos.
  «¡Lástima que en vivienda tan preciosa»,
le dijo un amigo,
«falte una librería!, bello adorno,
útil y preciso.»
  Cierto», responde el otro. «Que esa idea
no me haya ocurrido!...
A tiempo estamos. El salón del Norte
a este fin destino.
  Que venga el ebanista y haga estantes
capaces, pulidos,
a toda costa. Luego trataremos
de comprar los libros.
  Ya tenernos estantes. Pues, ahora»,
el buen hombre dijo,
«¡echarme yo a buscar doce mil tomos!
¡No es mal ejercicio!
  Perderé la chaveta, saldrán caros,
y es obra de un siglo...
Pero ¿no era mejor ponerlos todos
de cartón fingidos?
  Ya se ve: ¿por qué no? Para estos casos
tengo yo un pintorcillo
que escriba buenos rótulos e imite
pasta y pergamino.
  Manos a la labor.» Libros curiosos
modernos y antiguos
mandó pintar, y a más de los impresos,
varios manuscritos.
  El bendito señor repasó tanto
sus tomos postizos
que, aprendiendo los rótulos de muchos,
se creyó erudito.

Tomás de Iriarte

Pues ¿qué más quieren los que sólo estudian
títulos de libros,
si con fingirlos de cartón pintado
les sirven lo mismo?

jueves, 27 de octubre de 2011

La flor de la honestidad. Fábula China

Esta noche me gustaría hacer una reflexión para todos nosotros que vivimos en una época donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, los éxitos visibles... mientras que cultivar el valor de la honestidad ha quedado relegado a un rincón del ángulo oscuro.
Somos capaces de inventar cualquier excusa para no decir que nos equivocamos y admitir ante los demás que no llevamos la razón.
La verdad, la sinceridad, la humildad...no son virtudes publicitadas en los dibujos animados para niños ni proclamados en la vida del adulto. ¿Hemos confundido el significado de la palabra éxito?

Si he terminado este día, jueves 27 de octubre, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, si no he permitido dejar de ser yo misma en función de quedar bien o de obtener resultados... puedo decir bien fuerte que hoy ha sido un día de éxito.
DE NOSOTROS DEPENDE. 

Aquí os dejo una bonita fábula china.

                                                               LA FLOR DE LA HONESTIDAD

Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe
de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de
acuerdo con la ley, él debía casarse. 


Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su esposa. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientas y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los
comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía
que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.


Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber
que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó: 

"¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la
corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes
estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura" 


Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy
loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por
lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas
más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las
más determinadas intenciones. 


Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: 

"Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la
flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura
emperatriz de China"

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que
valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres,
amistades, relaciones, etc. 


El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. 


Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía
pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor
era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.


Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre
que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha
y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. 


Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una
escena tan bella. 


Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.
Después de pasar p
or todas, una a una, anunció su resultado. Aquella

bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa. 

Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: 



"Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles"


domingo, 23 de octubre de 2011

Leyenda del Sol y la Luna


 LEYENDA DEL SOL Y LA LUNA



Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez se enamoraron perdidamente y desde ahí comenzaron a vivir un gran amor.

Dios decidió que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche y por ese motivo estarían obligados a vivir separados.

Ambos fueron invadidos por una gran tristeza  cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían…
la LUNA fue quedándose cada vez más triste. A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola.

El SOL a su vez, había ganado un titulo de nobleza “ASTRO REY” pero eso tampoco le hizo feliz



El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio un toque final… ¡el brillo!


 A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola.
El SOL a su vez, había ganado un titulo de nobleza “ASTRO REY” pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios viendo esto los llamó y les explicó:
Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías.
En cuanto a ti, SOL, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y solo eso hará a las personas más felices.

La LUNA más triste se puso con ese cruel destino y lloró amargamente y el SOL al verla tan triste, decidió que no podría ser débil, ya que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido.

Aun así, él estaba tan preocupado que decidió pedirle algo a Dios:
Señor, ayúdale a la LUNA por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad…
Y Dios… en su gran compasión… creó las estrellas para hacerle compañía a la bella LUNA.

La LUNA siempre que esta muy triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.

Hoy ambos viven así… separados,
el SOL finge que es feliz, y la LUNA no puede disimular su tristeza.
El SOL arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.

Dicen que la orden de Dios era que la LUNA debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró… porque es mujer y una mujer tiene fases… Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo. 
LUNA y SOL siguen su camino. Él solitario pero fuerte, y ella, acompañada de las estrellas, pero débil.
Los hombres intentan constantemente conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás ha conseguido traerla hasta la tierra, nadie realmente ha conseguido conquistarla por más que lo intentaron.

Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese realmente imposible, ni siquiera el de la LUNA y el SOL… fue en ese instante cuando Dios creó el Eclipse.
Hoy SOL y LUNA viven esperando ese instante, esos momentos que les fueron concedidos y que tanto cuestan que sucedan.

Cuando mires al cielo, a partir de ahora y veas que el SOL cubre a la LUNA es porque el SOL se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de Eclipse.

Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

Ahora ya sabes… ésta es la bella historia del SOL y la hermosa LUNA, esa historia capaz de erizar tu piel al pensar que tu amor puede ser posible por deseo de Dios.


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