¿Está le gente en sus plenas facultades mentales cuando se acribillan el cuerpo a Piercings?
¿Qué buscan? ¿Cuáles son sus motivaciones?
¿Acaso son personas que buscan llamar la atención? ¿Personas que no se sienten felices con su cuerpo o su vida?
¿Por qué estas personas insisten en modificar tan extremadamente sus cuerpos? Júzgalo tú mismo
Madre mía! ésta está para que la encierren. Ya lleva puesta la camisa de fuerza, qué dolor! |
Y esto? |
Y éste hombre... |
Está bien de la cabeza? |
Ponerse piercing por
el cuerpo es una moda que desde hace años muchas personas han seguido como
medida estética. Pero yo creo que hemos pasado de la estética a la antiestética, de la cordura a la locura, al extremismo.
Esas zonas que normalmente agujereamos son propensas a infecciones y problemas de todos tipos.
El lóbulo de la oreja desencadena en nosotros una alergia a determinados metales, que se
transmite a todo el cuerpo, además de ser una zona muy propensa a la
proliferación de costras.
La ceja es otra parte donde está muy de moda ponerse
pendiente, pero hay que tener en cuenta que es una zona en al que se acumula
gran cantidad de sudor, por lo que es muy propensa a infectarse. Solo es
recomendable colocarlo en un lateral, ya que en la zona central se concentran
los nervios, vasos sanguíneos y el lacrimal.
El pezón es otra de las partes que muchas personas eligen a
la hora de ponerse un piercing, y es que se trata de una parte un tanto
delicada que constantemente está rozando con al ropa, lo que facilita su
infección y con ella la aparición de accesos y pus. Sin contar el riesgo de
desgarro que tenemos en esta parte del cuerpo por causa de un enganchón.
La nariz. Normalmente se suele
colocar en el cartílago, lo que puede tener graves consecuencias para esta
parte del cuerpo, ya que puede causar muchos daños además de infecciones. El
labio es otra parte que actualmente mucha gente demanda, y es una de las zonas
más complejas, no solo por el riesgo de infección que hay, sino por el peligro
para los dientes y la boca en general, ya que con el paso del tiempo y el roce
del pendiente podemos estropear mucho los dientes y debilitarlos.
Ver cómo un piercing va y viene, insertado en la lengua de nuestro interlocutor mientras habla, puede ser hipnotizante, seductor o repulsivo, según la personal percepción que se tenga sobre la moda cada vez más extendida de perforar partes del cuerpo no tradicionales, como la lengua, los labios o los genitales, para colocar aros y otros elementos ornamentales.
Pero más allá del efecto que produzca en sus espectadores, lo cierto es que uno de cada cinco piercings que se colocan en la boca da lugar a complicaciones, como dolor, inflamación, reacciones alérgicas o infecciones leves. Y aunque en mucha menor proporción (alrededor del 1% de los casos), también pueden traer consecuencias graves, como hemorragias o infecciones severas.