Esta noche me gustaría hacer una reflexión para todos nosotros que vivimos en una época donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, los éxitos visibles... mientras que cultivar el valor de la honestidad ha quedado relegado a un rincón del ángulo oscuro.
Somos capaces de inventar cualquier excusa para no decir que nos equivocamos y admitir ante los demás que no llevamos la razón.
La verdad, la sinceridad, la humildad...no son virtudes publicitadas en los dibujos animados para niños ni proclamados en la vida del adulto. ¿Hemos confundido el significado de la palabra éxito?
Si he terminado este día, jueves 27 de octubre, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, si no he permitido dejar de ser yo misma en función de quedar bien o de obtener resultados... puedo decir bien fuerte que hoy ha sido un día de éxito.
DE NOSOTROS DEPENDE.
Aquí os dejo una bonita fábula china.
LA FLOR DE LA HONESTIDAD
Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe
de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de
acuerdo con la ley, él debía casarse.
Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su esposa. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientas y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los
comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía
que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.
Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber
que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:
"¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la
corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes
estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"
Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy
loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por
lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas
más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las
más determinadas intenciones.
Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:
"Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la
flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura
emperatriz de China"
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que
valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres,
amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía
pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor
era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre
que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha
y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío.
Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una
escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.
Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella
bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó:
"Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles"
Somos capaces de inventar cualquier excusa para no decir que nos equivocamos y admitir ante los demás que no llevamos la razón.
La verdad, la sinceridad, la humildad...no son virtudes publicitadas en los dibujos animados para niños ni proclamados en la vida del adulto. ¿Hemos confundido el significado de la palabra éxito?
Si he terminado este día, jueves 27 de octubre, sin traicionar mis creencias y mis sentimientos, si no he permitido dejar de ser yo misma en función de quedar bien o de obtener resultados... puedo decir bien fuerte que hoy ha sido un día de éxito.
DE NOSOTROS DEPENDE.
Aquí os dejo una bonita fábula china.
LA FLOR DE LA HONESTIDAD
Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en la China antigua, un príncipe
de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de
acuerdo con la ley, él debía casarse.
Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su esposa. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientas y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los
comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía
que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe.
Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber
que ella quería ir a la celebración. Sin poder creerlo le preguntó:
"¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la
corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes
estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura"
Y la hija respondió: "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy
loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por
lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz"
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas
más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las
más determinadas intenciones.
Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:
"Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la
flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura
emperatriz de China"
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que
valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres,
amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía
pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor
era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre
que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha
y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío.
Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una
escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención.
Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella
bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó:
"Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: la flor de la honestidad. Todas las semillas que entregué eran estériles"
Esta chinita es de las mias...........Muy bonito Ro
ResponderEliminar...inteligente, noble y generoso fué el principe! ...bonita historia!
ResponderEliminarMe alegra pensar que estoy rodeada de gente honesta y sincera, gente que es capaz de mirar a los ojos para decir las cosas, capaz de superar cualquier conflicto por medio de la comunicación. Un abrazo Ga.
ResponderEliminarMi querido anónimo, se llevó lo mejor que había, fue inteligente y noble. La generosidad fue la de ella que daba todo por el amor que le tenía siendo fiel a sí misma. Una vez con un amigo, llegamos a la conclusión de que no se puede ser fiel a nadie si no se es fiel a sí mismo. Un abrazo y gracias por tu participación.
ResponderEliminarquerida rosa tu te ves perfectamente reflejada en dicha fabula ya que erees generosa, fiel, sincera cariñosa y muy amiga de tus amigos sres fenomenal,y estupenda sigue siendo simpre asi no cambies vales mucho como mujer y como persona
ResponderEliminarMuchas gracias Anónimo anterior, son unas palabras muy bonitas hacia mi. No sé qué decir....gracias. Un abrazo para ti.
ResponderEliminarEs una bonita fabula, que no deja de ser eso, a dia de hoy la honestidad no existe, te dejo algunos ejemplos.
ResponderEliminarLa impunidad que demuestra que se pueden violar las leyes y traicionar los compromisos sin que ocurra nada.
El éxito de los "vivos" y los mentirosos, que hacen parecer ingenuas a las personas honradas y responsables, pues trabajan más y consiguen menos que aquellas que viven de la trampa.
La falta de estímulos y reconocimientos a quienes cumplen con su deber y defienden sus principios y convicciones a pesar de las dificultades que esto les pueda acarrear.
Mi querido anónimo, me estás dando un poquito la razón.
ResponderEliminarMi comentario empezaba diciendo que la honestidad no es un valor al alza, que parece que hemos desvirtuado la palabra éxito en función de unos valores sociales que están muy lejos de los principios éticos.
Tienes toda la razón en que es una fábula pero está en nosotros el no dejarnos atropellar por una sociedad alienante y desvalorizada en sentido literal.
Muchas gracias por tu participación, dice de ti que eres una de esas personas que todavía se da cuenta de este terrible cambio que se está produciendo en el ser humano. Un abrazo.
De nada...
ResponderEliminarPD.. Casablanca.. tocala otra vez...
Muchas gracias por tu participación Humphrey Bogart, espero que vuelvas a tocar de nuevo las teclas de tu portátil para mí. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bonita la leyenda.Como siempre es un fiel reflejo de los valores que los que te conocemos sabemos bien que marcan tu corazón.No dejes de incluirlas en tu Blog porque me mantienen unida a ti.Un besico ,nena.
ResponderEliminarMuchas gracias manita, son valores que reflejamos las dos, fruto de una educación familiar determinada por valores religiosos por parte de madre y éticos por parte de padre. Un Abrazo de 6 segundos para ti.
ResponderEliminarA mi también me ha gustado ,como verás es mi primera entrada en tu blog,y espero que no sea la última.
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