Llamaron a Momo como juez.
Momo, celoso de sus obras, empezó a decir que Zeus había
cometido un error al no colocar los ojos del toro en los cuernos, a fin de que
pudiera ver dónde hería, y Prometeo otro, al no poner el corazón del hombre
fuera de su pecho, para que la maldad no estuviera escondida y todos pudieran
ver lo que hay en el espíritu. En cuanto a Atenea, que debía haber colocado su
casa sobre ruedas, con objeto de que si un malvado se instalaba en la vecindad,
sus moradores pudieran trasladarse fácilmente.
Zeus, indignado por su envidia, arrojó a Momo del Olimpo.
Cualquier obra que se haga, por más perfecta que parezca,
siempre alguien encontrará alguna razón para criticarla. Así que nunca nos
desanimemos por lo que juzguen de nuestras obras; nunca faltará quien le encuentre
defectos.
Tienes toda la razón Rosa, nadie puede hacer algo a gusto de todos, lo importante es que lo que hagamos nos satisfaga a nosotros, si además les gusta a otros genial, sino también.
ResponderEliminarBesitos desde mi mar,