Mi amiga Carmen, me puso hace años el sobrenombre de salvaje. Me encantó, y me identifico totalmente con esa palabra pero me queda mucho por SER una verdadera SALVAJE.
Salvaje, es el hijo natural de la Madre Tierra, el que
conoce y respeta los ciclos naturales. Salvaje es la persona que vive, que no
se ruboriza cuando dos animales se acoplan pero siente rubor cuando se abre una
flor.
Salvaje es quien no atiende a horarios ni normas establecidas, el que
utiliza su libertad para Ser. Es quien no se siente esclavo del tiempo, el que
conoce con exactitud la hora mirando el Sol.
Salvaje es quien vive
todos y cada uno de los momentos presentes, el que tiembla, siente y ama con el
corazón, el que no cae en la trampa del pasado, ni en las redes del futuro.
Salvaje es el que oye el crujir de las hojas secas, el fluir
del agua, el deslizar del río, es el que habla al corazón de la hierba, el
que escucha la luna.
El salvaje es quien descubre el lenguaje del silencio y se
recrea en él, el que desconoce la palabra bonsái, el que expresa la emoción con
la pupila dilatada. Salvaje es el que siente el palpitar, el bombear de la
sangre, el latir de una sonrisa. Es el que reconoce el llanto del árbol, el
sudor de la hoja, el alboroto del río...
Salvaje es lo que debería ser el hombre civilizado, el que evoluciona. Salvaje es un
nuevo eslabón de nuestra cadena evolutiva.
Todo esto y mucho más sería para mí un salvaje, pero esta
idea es mía. Es fruto de mi personalidad, de mis creencias, de mis
sentimientos, de cosas que haya podido leer o simplemente de mi corazón, y esto
no tiene nada que ver para que cuando oímos la palabra salvaje, la sociedad nos imponga imaginar a un "hombre lobo", (ya quisieran algunos hombres parecerse a los lobos). Nos hace imaginar al incivilizado, al agresivo, al analfabeto, al que no tiene modales ni educación.
Ojalá algún día yo sea una verdadera salvaje.
Y para ti, ¿qué es un salvaje?
Rosa
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