lunes, 30 de abril de 2018
Soñé...
Soñé que podía ser mar,
que podía ser gaviota
que podía volar.
Soñé que si soñaba
se haría realidad.
que podía ser gaviota
que podía volar.
Soñé que si soñaba
se haría realidad.
¡Desperté!
Me encontré con la realidad.
Me encontré con la realidad.
No puedo ser mar,
no puedo ser gaviota,
ni volar.
no puedo ser gaviota,
ni volar.
Solo puedo ser lo que soy,
una flor,
una margarita más.
una flor,
una margarita más.
María
domingo, 29 de abril de 2018
El pequeño saltamontes. Relato corto escrito por Rosa Fernández Salamanca.
Versión en vídeo y versión escrita.
Cuenta una antigua leyenda que una bonita flor de nombre muy raro se despertaba cada mañana con lágrimas de rocío en los ojos.
Se pasaba el día contemplando los insectos que revoloteaban a su alrededor haciéndole danzas de cortejo, y aunque era la flor más deseada del vergel no podía evitar sentirse triste porque no era libre para elevar su vuelo como otros seres vivos del jardín.
Un día, al despertar, se le escapó un suspiro que transportaba con él su mayor deseo de volar llegando a los oídos de una preciosa crisálida que dormía en el hueco de un tronco cercano.
Dicen que las crisálidas son seres mágicos que pueden conceder deseos antes de salir del capullo y convertirse en seres adultos. La crisálida se condolió de la flor y concentrando su último aliento usó la magia para convertirla en un pequeño saltamontes que llegó a un colegio dando torpes saltos por su falta de experiencia.
Los niños, de miradas ingenuas y transparentes, advirtieron que el saltamontes no se movía con la agilidad propia de los de su especie por lo que pensaron que estaba herido. Todos intentaban cogerlo una y otra vez, y nadie se daba cuenta de que al final, el pequeño saltamontes acabaría muerto en algún rincón del patio.
Solo un niño, un niño de corazón hermoso, con carita de ángel y sensibilidad extraordinaria pudo ver la flor que había dentro de aquel insecto. Lo tomó con sus deditos tiernos y con esa dulzura con la que se tocan las flores, lo llevó a un macizo cercano y lo dejó allí, sobre la tierra, esperando que la flor descubra que la mayor belleza es SER lo que uno ES y desee volver a su estado natural. Desde entonces se ve a Pablo todos los recreos sentado junto al jardín, esperando de nuevo la metamorfosis del saltamontes y recibir a la flor con su corazón henchido de amor.
Rosa
Relato corto escrito por Rosa Fernández Salamanca
Todos los derechos de autor reservados
Todos los derechos de autor reservados
Piratas de versos. Microrrelatos. Historia escrita por Rosa Fernández Salamanca.
Versión escrita y versión en vídeo.
PIRATA DE VERSOS
Cuenta la leyenda que Albamabir era un temido y duro corsario que no acataba las órdenes de ningún país y saqueaba los molinos de aspas blancas que en sueños surcaban los mares de lienzos azules.
La piratería de versos es una práctica de saqueo tan antigua como las mentes pueden recordar, y se produce por la nostalgia que sufren algunas almas por sus vidas pasadas o que permanecen hoy día en universos paralelos.
El asalto se realiza por sorpresa en mares de nadie, con el fin de apoderarse del Mar que llevamos dentro, ese Mar de Amor del que tanta gente vocea y con el que Albamabir nunca se había encontrado a lo largo de sus muchas travesías.
Cada crepúsculo, Albamabir se ocultaba en el interior de su camarote y escribía bajo la luz de su candil preciosos versos con plumas de gaviota, versos que una misteriosa voz le trascribía desde su corazón tras cada abordaje, versos que hacía suyos en cada asalto, versos que le despertaron sentimientos jamás encontrados en su vida actual.
Con los primeros rayos de Sol la tripulación lo encontraba tumbado sobre la proa de la nave, bañado por el salpicar de las olas y una sonrisa de felicidad que asomaba en su boca.
Dicen que se hizo de un gran botín, miles de rimas autografiadas ocultas bajo el mar, desde que su barco naufragó en una noche de tormenta, y aunque los demás piratas aseguraban antes de su muerte que había enloquecido por las condiciones extremas de agua y alimento, lo cierto es que había recuperado su ALMA perdida en otra vida.
Rosa
ESCRITO POR: Rosa Fernández Salamanca.
ESCRITO POR: Rosa Fernández Salamanca.
Los ángeles custodios
Últimamente, debido a las experiencias que la vida pone en mi camino me aparecen nuevos temas de introversión. Esta vez mi tema son los ángeles custodios. No es mi intención meterme en temas religiosos sino más bien analizarlos desde un punto de vista humano porque aun por encima de todas las religiones está la espiritualidad y la conciencia personal como una parte de nosotros mismos.
Creo que he tenido en distintas etapas de mi vida varias experiencias conscientes que me han hecho deducir que hay una voz dentro de nosotros que nos habla y nos orienta en los momentos difíciles de nuestro peregrinaje terrenal. Esas voces son los ángeles custodios de los que hablan las religiones que velan por nosotros, y aunque las voces procedan desde nuestro interior y las oigamos en nuestros corazones provienen de personas que están a nuestro alrededor para asegurarse de que nuestras sendas sean las adecuadas.
Por eso, no es casualidad que nos encontremos personas o entes que una vez finalizada su función con nosotros, o nosotros con ellos, nos abandonen o los abandonemos para seguir nuestros caminos como seres de Luz.
Todos iluminamos y somos iluminados por pequeñas luciérnagas que tocan los cristales de nuestras ventanas en mitad de la noche. Sin embargo, no siempre se produce la comunicación y aunque la luciérnaga nos visite a diario lo hace con sigilo en momentos de quietud, hace falta practicar el silencio para percibir los mensajes que aun viniendo del exterior los escucharemos en lo más profundo de nuestro ser.
Si crees que hay una voz en tu interior que te acompaña y te ampara, tienes un ángel custodio a tu alrededor velando por ti. Y si un alma se acerca a ti y mirándote a los ojos te dice que eres un SER DE LUZ para ella, en ese instante te convierte en ángel, y estás allí para que pueda alcanzar su luminiscencia y continuar en solitario su viaje como ser de luz.
Rosa
Oda al Mar
Soy pirata navegando en tu mar
robando tus versos
los hago míos al navegar.
En mi velero te respiro
adivino tus versos ocultos
que me hacen mudar.
Abro mi ventana y veo tu mar,
oigo el palpitar, el aleteo de tu alma
que embriaga mi ser al amanecer
y pienso que en alguna vida nuestras almas peregrinas
han sido algo más que dos desconocidas
que se conocieron por azar.
Puedo sentir al compás de tus versos
mi alma,
navegando en tu mar.
¡Te presto mi corazón!
mi esencia, mi alma
si con tus bellas palabras
mi batalla puedo librar.
Se me distrae el alma
cada atardecer,
al pensar que puedo perder tus versos
tus palabras...
que sean parte de un ayer
que no puedan alimentar mi alma.
Palabras...
Palabras ocultas en tus versos
que me amarran.
Abrazado a ti,
quedan mis sueños atrapados
bajo tu espuma blanca.
Y sé,
que mis brazos no dan para abrazarte
eres demasiado inmenso para este navegante.
¡Dios, déjame navegar
para poder abrazar este mar!
Este mar que me regalas,
que me ha venido a buscar
a mostrar un océano de sentimientos.
¡Sueños, amor, pasión, sufrimiento!
que como olas empujadas por el viento
mojan mi ser
arrastrándome mar adentro.
No voy a pedir perdón a Dios
por desgranar sus sentimientos,
por sentir el mar,
por sentir sus versos.
Respiro,
siento este mar
que me da vida,
me da aliento para continuar
navegando contra el viento.
Apasionado miro el sol de poniente
Y cuando la tarde ha caído,
pienso que no podré estar a su lado
y callar lo que he sentido.
¡Se me escapa el pensamiento!
siento el mar en mis adentros
y con un impulso salvaje
voy al abordaje
poniendo fin a este viaje.
Y el pirata ya no es pirata
ya no robará tus versos,
porque el pirata ha mudado,
ahora es mar eterno.
Porque ha visto y ha sentido
EL MAR QUE LLEVAS DENTRO.
ALBAMABIR
Written by: María Dolores Vilar Albaladejo
Written by: María Dolores Vilar Albaladejo
Me siento rota por dentro. Abril de 2018.
Ayer fue uno de los
días más difíciles de mi vida, y antes de que llegara la noche llevándose el
verde del paisaje, mi corazón dijo hasta aquí.
Las nubes se volvieron rojas y
anaranjadas como cada atardecer envolviéndome
en un abrazo cálido y afectuoso pero fue insuficiente el intento, se me
fue el azul ante la pérdida de dos seres queridos.
Mi cuerpo se derrumbó ante las heridas acumuladas, y aunque quieres agarrarte a la vida no caben
más emociones en mi corazón lleno de
sentimientos contradictorios.
Hace siete años
descubrí la palabra pasión. ¡Ingenua de mí, no sabía lo que era! Recuerdo que
hice un post sobre ella descubriendo su aspecto, su apariencia, su
forma, su color... hasta llegar a la Pasiflora, flor de la pasión o del
sufrimiento. Porque pasión no es otra cosa que la acción y el efecto de
padecer, es una perturbación o afecto desordenado del ánimo, es una tristeza,
un abatimiento y un desconsuelo.
Por
otra parte ayer se atravesó en mi camino la palabra compasión. Son palabras tan
hermosas y llenas de un significado tan
complejo que pocas personas llegan a ellas y cuando llegas lo haces con una
punzada que te traspasa el alma. La compasión no es solo un sentimiento de
tristeza que te provoca ver sufrir a otras personas. No. Eso no es. Es ponerte en su lugar
literalmente y padecerlo al mismo tiempo que ellos con la misma intensidad. Es
la capacidad de empatía absoluta con el otro. No es que se te salten las
lágrimas de emoción…es que te desgarras por dentro al igual que ellos. No sabes muy bien si en ese momento les
asistes a ellos o ellos a ti. No es una cosa ajena, es íntima, se fusionan el
Tú y el Yo.
Ayer realicé una danza de
dolor, un baile de almas que se sustentan a la vez, se abrieron ante mí las flores desmayadas por
el peso de su propia belleza y lloré….lloré como nunca.
Rosa
Carta a mi prima hermana. Written by Juan Hidalgo Caballero.
CARTA A MI PRIMA HERMANA
En la madrugada del siete
de abril, poco antes del alba, se ha parado el reloj que marcaba el tiempo
concedido a mi querida prima. Con lágrimas contenidas en los ojos, a duras
penas puedo juntar unas palabras, entre borrones húmedos, para rendirle un
homenaje y reprimir mi dolor por su pérdida.
Al recibir la noticia he apagado
la luz de mi estancia y cerrado los ojos para luego mirar al cielo, pues mi
corazón me exigía verla partir, pretendía ver un astro fugaz en el lejano
universo.
Este trance inesperado la sorprendió realizando sus sueños viajeros
muy lejos del hogar, su Cartagena acogedora. Lo suyo fue un salto rápido al más
allá sin dramas previos ni avisos atenazadores. Por tanto, creo que no son
precisas demasiadas lágrimas, aunque no escondo mi profunda congoja, pues era
mi única prima hermana. Nos criamos todos juntos, mis hermanas y su hermano, que es el único primo del que disfruto,
pues tengo otros que no conozco. Hasta el día de hoy nos manteníamos cercanos en
lo cotidiano y también en el mismo vecindario, viendo crecer y progresar a
nuestras familias, me queda el pesar de que no pudiera disfrutar de mi segundo nieto
que es ahora un bebé, y por supuesto también el no haber tomado la última copa juntos, ¡otra VEZ será! prima.
Ha sido una vida algo
breve la suya muy estoica en sus finales. Sus sesenta años han trascurrido
apenas sin darme cuenta, como las cuatro estaciones de un año, llenos de
recuerdos para mí y para el resto de la familia, por eso nos deja ahora mucha
tristeza en nuestros corazones.
Desde aquí abajo ruego a
todos LOS SERES DE LUZ que le asistan en el largo camino de vuelta a casa. Sus
abuelos, Juan e Isabel han salido ya a su
encuentro para recibirla e indicarle el camino, para que nada tema, y ella,
como una mariposa que sale de su capullo, va tras ellos atraída por la
irresistible blancura de su luz. Durante su trascendental transformación ha
recordado quién es y hacia dónde se encamina, a su lejana estrella.
Allá donde
va la van a querer absolutamente como ella es y le seguirán dando amor
eternamente. Espero que mande algo de eso para este mundo en forma de una gran
sonrisa. Dentro de muchos años, reunidos todas las familias, espero pueda
reconocerme a pesar de mi rostro moldeado por el tiempo, aunque, ciertamente,
los ojos del alma todo lo reconocen.
Para mis queridísimos
padrinos, sus padres, y también para su marido, hijo y nuera, les hago llegar
un abrazo propio pero también de mis hermanas y mis padres, con el deseo de que
encuentren pronto consuelo y alivio a su dolor, procuraremos todos velar por
ellos. Tanto mi mujer como yo hemos encargado rogatorias a más de un centenar
de buenas almas que han intercedido por ti prima, pues una buena persona merece
el mejor de los acompañamientos y tú lo eres.
Pongo un sello celestial
a esta carta para que llegue a los confines del universo y puedas leerla donde
quiera que estés.
¡Hasta siempre prima, contigo
en el recuerdo!
Juan
Hidalgo Caballero. Abril de 2018.
Sección. El invitad@ de hoy:
Mi hermano.
A mi afligida hermana. Written by Juan Hidalgo Caballero
PARA MI AFLIGIDA HERMANA
No te aflijas tanto, hermana, ni te impongas tanto sufrimiento pues esas mariposas salidas de sus capullos se han echado a volar ahora para ser lo mejor que pueden ser e impregnar los lugares por donde despliegan sus alas luminiscentes.
Alégrate, hermana, porque te están guardando un lugar junto a la LUZ en alguna galaxia lejana donde solo importe el SER sin ningún otro atributo.
No te rompas, hermana, porque eso si que nos duele, pues los demás te vemos con los ojos terrenales de la incomprensión y de la razón.
No bajes la mirada, hermana, ni pierdas el horizonte pues la vida no ha de ser nunca desesperanza, eso es de débiles famélicos de espíritu. No temas por lo que has perdido tú sino alégrate por lo que han ganado ellas. Busca siempre lo mejor de cada suceso y decide tú lo que quieres sentir.
Aunque las lágrimas son como un bálsamo salutífero que arrastran el dolor, llora como lo hacen los reyes con la cabeza alta, el espíritu henchido y la lágrima breve. Sé árbol de buena raíz que se cimbrea sin romperse a pesar de la ventisca, sé faro que muestra el camino y samaritana para el penitente, eso es lo que tus hijos ya ven en ti y así tiene que seguir siendo siempre.
Juan Hidalgo Caballero. Abril de 2018
Sección. Invitad@ de hoy:
Mi hermano.
Los Ángeles Custodios. Written by María Dolores Vilar.
Vemos en los telediarios cómo cambian nombres a las calles, se quitan monumentos, todo por ideologías políticas y por la memoria histórica. No voy a entrar en este tema. Mientras ellos juegan a ser políticos, nosotros seguimos viviendo nuestra vida, muchos de nosotros con dificultades y problemas.
Una vida llena de prisa, en la que la mayor parte del tiempo no nos paramos a mirar, vamos corriendo de un sitio a otro como posesos, presos del tiempo. Vamos de las veinticuatro horas de un día para llegar a las veinticuatro horas del día siguiente, como si la vida fuera una espiral de minutos y segundos que debemos aprovechar para no perder el tiempo, todo consiste en hacer, tener, hacer, tener, tic tac, tic tac…….pero nadie para a mirar, a ver.
Si nos parásemos a mirar, a ver, nos daríamos cuenta que la vida está llena de personas maravillosas y especiales que se merecen calles y monumentos. Sin embargo, no las vemos, no las miramos, porque no hay tiempo, se agota. Tic tac, tic tac.
Dicen que son ángeles custodios que aparecen en nuestras vidas para iluminarnos y cuando terminan su misión se marchan dejándonos huella, dejándonos para seguir solos nuestro camino.
Una mañana hace algún tiempo, me paré a mirar, me encontré con una persona que brilla con luz propia, de las que se merecen calles y monumentos. He tenido la suerte de que se cruce en mi camino.
Dicen que es un Ángel Custodio, que me está ayudando, me está guiando en mi camino. De momento yo no la veo como un ángel. Es cierto que me está ayudando y me está guiando, pero no tengo muy claro que sea un Ángel, quizás cuando me abandone la reconoceré como tal y sea demasiado tarde para reconocerlo.
Lo mismo me tengo que parar a mirar, o hablar con ella de este tema…un café donde se pare el tiempo.
Todas las personas deberíamos parar un momento, dejar de lado el tic tac que nos come la vida y ver, mirar a las personas que nos rodean. A esas personas sean ángeles o no, que son las que se merecen las calles y monumentos, que son luz.
Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a gente maravillosa por un tic tac, tic tac…¿ Merece la pena vivir corriendo y dejar pasar la oportunidad de conocer a los Ángeles?
Algún día os contaré la historia de mi Ángel Custodio.
Una vida llena de prisa, en la que la mayor parte del tiempo no nos paramos a mirar, vamos corriendo de un sitio a otro como posesos, presos del tiempo. Vamos de las veinticuatro horas de un día para llegar a las veinticuatro horas del día siguiente, como si la vida fuera una espiral de minutos y segundos que debemos aprovechar para no perder el tiempo, todo consiste en hacer, tener, hacer, tener, tic tac, tic tac…….pero nadie para a mirar, a ver.
Si nos parásemos a mirar, a ver, nos daríamos cuenta que la vida está llena de personas maravillosas y especiales que se merecen calles y monumentos. Sin embargo, no las vemos, no las miramos, porque no hay tiempo, se agota. Tic tac, tic tac.
Dicen que son ángeles custodios que aparecen en nuestras vidas para iluminarnos y cuando terminan su misión se marchan dejándonos huella, dejándonos para seguir solos nuestro camino.
Una mañana hace algún tiempo, me paré a mirar, me encontré con una persona que brilla con luz propia, de las que se merecen calles y monumentos. He tenido la suerte de que se cruce en mi camino.
Dicen que es un Ángel Custodio, que me está ayudando, me está guiando en mi camino. De momento yo no la veo como un ángel. Es cierto que me está ayudando y me está guiando, pero no tengo muy claro que sea un Ángel, quizás cuando me abandone la reconoceré como tal y sea demasiado tarde para reconocerlo.
Lo mismo me tengo que parar a mirar, o hablar con ella de este tema…un café donde se pare el tiempo.
Todas las personas deberíamos parar un momento, dejar de lado el tic tac que nos come la vida y ver, mirar a las personas que nos rodean. A esas personas sean ángeles o no, que son las que se merecen las calles y monumentos, que son luz.
Estamos perdiendo la oportunidad de conocer a gente maravillosa por un tic tac, tic tac…¿ Merece la pena vivir corriendo y dejar pasar la oportunidad de conocer a los Ángeles?
Algún día os contaré la historia de mi Ángel Custodio.
jueves, 26 de abril de 2018
Piratas de Versos. Historia verídica.
Hola, amig@s, desde que era pequeña me gusta
escribir las cosas que siento empujada por la dulzura de mi madre y por los
versos que escribía para mí y que me recitaba a diario.
Como expliqué en el prólogo de mi primer poemario
es algo que hago para mí misma, como síntoma de estabilidad emocional necesaria
para lograr un equilibrio en el marco de una vida sana.
Los que me conocéis
sabéis que mi libro se llama “El Mar que llevo dentro”, y es necesario explicar que ese Mar del que hablo es el Amor que cada uno de nosotros lleva en su interior. Es una
gran metáfora que danza por todas sus páginas.
En el primer poema hacía alusión a los piratas, y aunque no lo
creáis, en las manos de un pirata
llamado Albamabir cayó mi libro por casualidad hace unas semanas y después de leerlo se ha puesto en contacto
conmigo para dedicarme unas palabras preciosas, llenas de emoción. Palabras que
IMITAN mis versos y mis rimas, que hacen referencia directa a mis poemas, a mis
frases y a mis metáforas. Podéis imaginar cómo me he sentido al ver que mi
libro ha sido capaz de llegar al corazón de un pirata. Aquí os dejo su correo:
ODA AL MAR.
Soy pirata navegando en tu mar
robando tus versos
los hago míos al navegar.
En mi velero te respiro
adivino tus versos ocultos
que me hacen mudar.
Abro mi ventana y veo tu mar,
oigo el palpitar, el aleteo de tu alma
que embriaga mi ser al amanecer
y pienso que en alguna vida nuestras almas
peregrinas
han sido algo más que dos desconocidas
que se conocieron por azar.
Puedo sentir al compás de tus versos
mi alma,
navegando en tu mar.
¡Te presto mi corazón!
mi esencia, mi alma
si con tus bellas palabras
mi batalla puedo librar.
Se me distrae el alma
cada atardecer,
al pensar que puedo perder tus versos
tus palabras...
que sean parte de un ayer
que no puedan alimentar mi alma.
Palabras...
Palabras ocultas en tus versos
que me amarran.
Abrazado a ti,
quedan mis sueños atrapados
bajo tu espuma blanca.
Y sé,
que mis brazos no dan para abrazarte
eres demasiado inmenso para este
navegante.
¡Dios, déjame navegar
para poder abrazar este mar!
Este mar que me regalas,
que me ha venido a buscar
a mostrar un océano de
sentimientos.
¡Sueños, amor, pasión, sufrimiento!
que como olas empujadas por el viento
mojan mi ser
arrastrándome mar adentro.
No voy a pedir perdón a Dios
por desgranar sus sentimientos,
por sentir el mar,
por sentir sus versos.
Respiro,
siento este mar
que me da vida,
me da aliento para continuar
navegando contra
el viento.
Apasionado miro el sol de poniente
Y cuando la tarde ha caído,
pienso que no podré estar a su lado
y callar lo
que he sentido.
¡Se me escapa el pensamiento!
siento el mar en mis adentros
y con un impulso salvaje
voy al abordaje
poniendo fin a este viaje.
Y el pirata ya no es pirata
ya no robará tus versos,
porque el pirata ha mudado,
ahora es mar eterno.
Porque ha visto y ha sentido
EL MAR QUE LLEVAS DENTRO.
ALBAMABIR
Cuando recibí por
correo electrónico este mail no pude hacer otra cosa más que emocionarme. Como soy
Bloguera estoy acostumbrada a comunicarme con personas de todo el mundo,
recuerdo un post sobre los esquimales en el que me contestó un inuit con una gran carga emocional, pero no puedo desviarme del tema. Mi corazón se ha visto
animado a contestarle por los lazos que nos unen, y aunque he inventado una
leyenda creo que está repleta de realidad. La otra noche le escribí estas
líneas:
PIRATAS DE VERSOS
Cuenta
la leyenda que Albamabir era un temido y duro corsario que no acataba las
órdenes de ningún país y saqueaba los molinos de aspas blancas que en sueños
surcaban los mares de lienzos azules.
La
piratería de versos es una práctica de saqueo tan antigua como las mentes
pueden recordar, y se produce por la nostalgia que sufren algunas almas por sus
vidas pasadas o que permanecen hoy día en universos paralelos.
El asalto se
realiza por sorpresa en mares de nadie, con el fin de apoderarse del Mar que
llevamos dentro, ese Mar de Amor del que tanta gente vocea y con el que
Albamabir nunca se había encontrado a lo
largo de sus muchas travesías.
Cada
crepúsculo, Albamabir se ocultaba en el interior de su camarote y escribía bajo
la luz de su candil preciosos versos con plumas de gaviota, versos que una
misteriosa voz le trascribía desde su corazón tras cada abordaje, versos que
hacía suyos en cada asalto, versos que le despertaron sentimientos jamás
encontrados en su vida actual.
Con los primeros rayos de Sol la tripulación lo
encontraba tumbado sobre la proa de la nave, bañado por el salpicar de las olas
y una sonrisa de felicidad que asomaba en su boca.
Dicen
que se hizo de un gran botín, miles de rimas autografiadas ocultas bajo el mar,
desde que su barco naufragó en una noche de tormenta, y aunque los demás
piratas aseguraban antes de su muerte que había enloquecido por las condiciones
extremas de agua y alimento, lo cierto es que había recuperado su ALMA perdida
en otra vida.
Rosa
Fotografía de María Vilar Albaladejo. Todos los derechos reservados. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)