jueves, 26 de abril de 2018

Piratas de Versos. Historia verídica.


Hola, amig@s, desde que era pequeña me gusta escribir las cosas que siento empujada por la dulzura de mi madre y por los versos que escribía para mí y que me recitaba a diario.

Como expliqué en el prólogo de mi primer poemario es algo que hago para mí misma, como síntoma de estabilidad emocional necesaria para lograr un equilibrio en el marco de una vida sana.

Los que me conocéis sabéis que mi libro se llama “El Mar que llevo dentro”, y es necesario  explicar que ese Mar del que hablo es el Amor que cada uno de nosotros lleva en su interior. Es una gran metáfora que danza por todas sus páginas.  

En el primer poema  hacía alusión a los piratas, y aunque no lo creáis,  en las manos de un pirata llamado Albamabir cayó mi libro por casualidad hace unas semanas  y después de leerlo se ha puesto en contacto conmigo para dedicarme unas palabras preciosas, llenas de emoción. Palabras que IMITAN mis versos y mis rimas, que hacen referencia directa a mis poemas, a mis frases y a mis metáforas. Podéis imaginar cómo me he sentido al ver que mi libro ha sido capaz de llegar al corazón de un pirata. Aquí os dejo su correo:

ODA AL MAR.
Soy pirata navegando en tu mar 
robando tus versos 
los hago míos al navegar. 

En mi velero te respiro 
adivino tus versos ocultos 
que me hacen mudar. 

Abro mi ventana y veo tu mar, 
oigo el palpitar, el aleteo de tu alma 
que embriaga mi ser al amanecer 
y pienso que en alguna vida nuestras almas peregrinas 
han sido algo más que dos desconocidas 
que se conocieron por azar. 

Puedo sentir al compás de tus versos
mi alma,
navegando en tu mar. 

¡Te presto mi corazón! 
mi esencia, mi alma 
si con tus bellas palabras 
mi batalla puedo librar. 

Se me distrae el alma 
cada atardecer, 
al pensar que puedo perder tus versos 
tus palabras... 
que sean parte de un ayer 
que no puedan alimentar mi alma.                              

Palabras... 
Palabras ocultas en tus versos 
que  me amarran. 
Abrazado a ti,  
quedan mis sueños atrapados 
bajo tu espuma blanca. 

Y sé, 
que mis brazos no dan para abrazarte 
eres demasiado inmenso para este navegante. 
¡Dios, déjame navegar 
para poder abrazar este mar! 

Este mar que me regalas, 
que me ha venido a buscar 
a mostrar un océano de sentimientos. 
¡Sueños, amor, pasión, sufrimiento! 
que como olas empujadas por el viento 
mojan mi ser 
arrastrándome mar adentro. 

No voy a pedir perdón a Dios 
por desgranar sus sentimientos, 
por sentir el mar, 
por sentir sus versos. 

Respiro, 
siento este mar 
que me da  vida, 
me da aliento  para continuar
navegando contra el viento. 

Apasionado miro el sol de poniente 
Y cuando la tarde ha caído, 
pienso que no podré estar a su lado
y callar lo que he sentido. 

¡Se me escapa el pensamiento! 
siento el mar en mis adentros  
y con un impulso salvaje 
voy al abordaje 
poniendo fin a este viaje. 

Y el pirata ya no es pirata 
ya no robará tus versos, 
porque el pirata ha mudado, 
ahora es mar eterno. 

Porque ha visto y ha sentido 
EL MAR QUE LLEVAS DENTRO.

                ALBAMABIR



Cuando recibí por correo electrónico este mail no pude hacer otra cosa más que emocionarme. Como soy Bloguera estoy acostumbrada a comunicarme con personas de todo el mundo, recuerdo un post sobre los esquimales en el que me contestó un inuit con una gran carga emocional, pero no puedo desviarme del tema. Mi corazón se ha visto animado a contestarle por los lazos que nos unen, y aunque he inventado una leyenda creo que está repleta de realidad. La otra noche le escribí estas líneas:


PIRATAS DE VERSOS
Cuenta la leyenda que Albamabir era un temido y duro corsario que no acataba las órdenes de ningún país y saqueaba los molinos de aspas blancas que en sueños surcaban los mares de lienzos azules.

La piratería de versos es una práctica de saqueo tan antigua como las mentes pueden recordar, y se produce por la nostalgia que sufren algunas almas por sus vidas pasadas o que permanecen hoy día en universos paralelos.

El asalto se realiza por sorpresa en mares de nadie, con el fin de apoderarse del Mar que llevamos dentro, ese Mar de Amor del que tanta gente vocea y con el que Albamabir nunca se había encontrado  a lo largo de sus muchas travesías.

Cada crepúsculo, Albamabir se ocultaba en el interior de su camarote y escribía bajo la luz de su candil preciosos versos con plumas de gaviota, versos que una misteriosa voz le trascribía desde su corazón tras cada abordaje, versos que hacía suyos en cada asalto, versos que le despertaron sentimientos jamás encontrados en su vida actual. 

Con los primeros rayos de Sol la tripulación lo encontraba tumbado sobre la proa de la nave, bañado por el salpicar de las olas y una sonrisa de felicidad que asomaba en su boca.

Dicen que se hizo de un gran botín, miles de rimas autografiadas ocultas bajo el mar, desde que su barco naufragó en una noche de tormenta, y aunque los demás piratas aseguraban antes de su muerte que había enloquecido por las condiciones extremas de agua y alimento, lo cierto es que había recuperado su ALMA perdida en otra vida.
                              
                                                                                                              Rosa



Fotografía de María Vilar Albaladejo.
Todos los derechos reservados. 

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