Hot-linking

¿No te ha pasado alguna vez que introduces fotos en los post, sacadas de Internet, y al cabo de un tiempo observas que la foto no puede visualizarse? Es algo que da mucha rabia, y te obliga a estar continuamente revisando las entradas antiguas y sustituir las imágenes que no se ven por otras similares.

El otro día, hablando con el dueño de unas imágenes que utilicé para ambientar una entrada, me enteré de algo que desconocía y por eso lo comparto con todos vosotros. Creo que las personas que tenemos un blog lo hacemos habitualmente de forma inconsciente, sin ánimo de molestar, pero con un poquito de esfuerzo podríamos solucionar un montón de problemas y además evitar perjudicar a terceros.

Se trata del Hot-linking. Es un término que se usa en Internet para indicar que alguien está usando un enlace a una imagen que está archivada en otro sitio web diferente al sitio web donde se muestra la imagen. Al hacer esto usamos el ancho de banda de la persona propietaria del sitio web en la cual la imagen está archivada. ¿Qué ocurre entonces? Esta técnica tiene un costo para el propietario y podría terminar con todo el ancho de banda del servidor haciendo que la imagen ya no pueda visualizarse. 

Por este motivo, si queremos que nuestras entradas muestren todas las fotos tenemos que hacer una descarga de la imagen a nuestro ordenador  y después desde allí, subirla a nuestro blog. La imagen estará entonces alojada en nuestro propio servidor, no perjudicaremos a terceros y nos aseguraremos de que siempre será visible.
Fácil, verdad? Pues hagamos las cosas bien. 

Internet es un banco de recursos para todos nosotros pero a nadie le gusta verse perjudicado ni ver consumida su banda ancha por terceros.
Para evitar esto, muchos propietarios de sitios web usan  archivos .htacces para reemplazar las imágenes enlazadas por otras ofensivas o con un mensaje publicitario del sitio original. 
Ahora que lo sabemos, no tenemos excusa.  A mí, personalmente, no me gustan nada estos archivos  .htacces, menos mal que me he enterado cómo evitarlos y cómo no tocarle las narices a ciertos propietarios. He aquí mi granito de arena.