miércoles, 25 de diciembre de 2013
lunes, 25 de noviembre de 2013
sábado, 2 de noviembre de 2013
miércoles, 30 de octubre de 2013
Las mejores fotos de Astronomía de 2013
La Tierra y el Espacio
MARK GEE, AUSTRALIA. (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH )
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La Tierra y el Espacio
FREDRIK BROMS, NORUEGA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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La Tierra y el Espacio
DANI CAXETE, ESPAÑA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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El espacio exterior
ADAM BLOCK, USA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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El espacio exterior
TOM O’DONOGHUE, IRLANDA. (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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El espacio exterior
IGNACIO DIAZ BOBILLO, ARGENTINA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Nuestro sistema solar
MAN-TO HUI, CHINA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Nuestro sistema solar
ALAN FRIEDMAN, USA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Nuestro sistema solar
IGNACIO DIAZ BOBILLO, ARGENTINA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Jóvenes fotógrafos
JACOB MARCHIO, USA DE 14 AÑOS (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Jóvenes fotógrafos
SAMUEL COPLEY, REINO UNIDO, DE 15 AÑOS (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Gente y espacio
MARK GEE, AUSTRALIA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Gente y espacio
BEN CANALES, USA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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El mejor principiante
SAM CORNWELL, REINO UNIDO (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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Imagen robótica 2013
LÁSZLÓ FRANCSICS, HUNGRÍA (REAL OBSERVATORIO DE GREENWICH)
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domingo, 27 de octubre de 2013
Cambio de hora
Hola amig@s, os deseo a todos un feliz día, aunque estoy aquí para hablaros del cambio de hora.
Esta mañana me he despertado a las 7 y media, no podía seguir durmiendo. Mi cuerpo no está habituado al cambio todavía, así que me he levantado, he desayunado y me he puesto con las labores domésticas.
Las madres que trabajamos durante la semana aprovechamos los días festivos para limpiar, Primer ERROR.
He aprovechado que mi hijo mayor no había vuelto de su salida nocturna y he podido poner su habitación patas arriba. Hasta el suelo ha visto la fregona, ja, ja, ja. Me comprendéis, verdad? Es imposible entrar en la habitación de un hijo cuando está en casa, así que hoy he tomado su fortaleza y me he hecho con ella.
Todo esto con mucho cuidado de no hacer ruido claro, porque mi hija dormía plácidamente en su habitación y no le sienta muy bien que trastee por las mañanas de aquí para allá. Segundo ERROR.
Las mamás siempre procuramos arreglárnoslas como podemos con el fin de no molestar hasta que se levantan los hijos, pero claro, no puedes pasar el aspirador, te da pena poner la lavadora y la secadora por el ruido que forman, no quieres sacar el lavavajillas por si el ruido de cubiertos los despiertan...así que vas posponiendo las tareas hasta que se levantan. Pero claro a esa hora, que nunca sabes qué hora es, te llega el otro de la juerga de anoche y dice: Voy a acostarme, que nadie haga ruido. Tercer ERROR.
Y me siento en la mesa de la cocina a corregir controles de mis alumnos y a programarme la quincena hasta que miro el reloj y digo: ¿todavía las 11? No puede ser. ¿Pero son las 11 o las 12?
Me paso todo el día sin saber en qué hora vivo y con un hambre que me ruge el estómago. A la hora del aperitivo ya tengo ganas de comerme el asado y cuando digo de echarme la siesta porque estoy fundida los niños se levantan y quieren comer. Las mamás siempre les calentamos la comidita y se la servimos en la mesa. Cuarto ERROR.
Pero la cosa continúa... porque sin darme cuenta se me hace de noche y no sé si meterme ya en la cama, a pesar de que son las 7 solamente, o sentarme en el sofá a vegetar delante de la televisión.
¿Cambio de hora? ¿Pa qué?
Me han dado una hora pero para mí que me han quitado el domingo.
Rosa
Esta mañana me he despertado a las 7 y media, no podía seguir durmiendo. Mi cuerpo no está habituado al cambio todavía, así que me he levantado, he desayunado y me he puesto con las labores domésticas.
Las madres que trabajamos durante la semana aprovechamos los días festivos para limpiar, Primer ERROR.
He aprovechado que mi hijo mayor no había vuelto de su salida nocturna y he podido poner su habitación patas arriba. Hasta el suelo ha visto la fregona, ja, ja, ja. Me comprendéis, verdad? Es imposible entrar en la habitación de un hijo cuando está en casa, así que hoy he tomado su fortaleza y me he hecho con ella.
Todo esto con mucho cuidado de no hacer ruido claro, porque mi hija dormía plácidamente en su habitación y no le sienta muy bien que trastee por las mañanas de aquí para allá. Segundo ERROR.
Las mamás siempre procuramos arreglárnoslas como podemos con el fin de no molestar hasta que se levantan los hijos, pero claro, no puedes pasar el aspirador, te da pena poner la lavadora y la secadora por el ruido que forman, no quieres sacar el lavavajillas por si el ruido de cubiertos los despiertan...así que vas posponiendo las tareas hasta que se levantan. Pero claro a esa hora, que nunca sabes qué hora es, te llega el otro de la juerga de anoche y dice: Voy a acostarme, que nadie haga ruido. Tercer ERROR.
Y me siento en la mesa de la cocina a corregir controles de mis alumnos y a programarme la quincena hasta que miro el reloj y digo: ¿todavía las 11? No puede ser. ¿Pero son las 11 o las 12?
Me paso todo el día sin saber en qué hora vivo y con un hambre que me ruge el estómago. A la hora del aperitivo ya tengo ganas de comerme el asado y cuando digo de echarme la siesta porque estoy fundida los niños se levantan y quieren comer. Las mamás siempre les calentamos la comidita y se la servimos en la mesa. Cuarto ERROR.
Pero la cosa continúa... porque sin darme cuenta se me hace de noche y no sé si meterme ya en la cama, a pesar de que son las 7 solamente, o sentarme en el sofá a vegetar delante de la televisión.
¿Cambio de hora? ¿Pa qué?
Me han dado una hora pero para mí que me han quitado el domingo.
Rosa
sábado, 12 de octubre de 2013
Ocuparnos en vez de pre-ocuparnos
Es increíble la capacidad que tiene el ser humano para buscarse preocupaciones, para sufrir por todas aquellas situaciones que tienen una probabilidad muy pequeña de materializarse. Nos obsesionamos con pequeñas cosas cotidianas obviando todas aquellas que por tamaño, peso e importancia son los pilares de nuestra felicidad y de nuestra existencia. Y es que el estrés se aloja en nuestro cuerpo y nos "Okupa".
Hoy quiero hacer una pequeña reflexión para todas aquellas personas que puedan sacar algo positivo de mis palabras, pero sobre todo, para aquellos que se preocupan por todo. Seguro que ellos saben trasladar perfectamente mi consejo a su historia personal.
Nuestra mente siempre está llena de "Ysis".
¿Y si sale mal la operación? ¿Y si no me dan el trabajo? ¿Y si no me da tiempo de preparar la comida de mañana? ¿Y si tienen un accidente en carretera? ¿Y si tengo la casa sucia? ¿Y si llueve y se me moja la ropa? ¿Y si hay atasco en la carretera? Y si...? ¿Te has dado cuenta de que la mayoría de nuestras preocupaciones son siempre "ysis"?
No podemos permitirnos sufrir por todo aquello que ni siquiera ha ocurrido. Dejemos que la vida ocurra como tenga que ocurrir. ¿Por qué adelantamos siempre un final negativo? ¿Cuántas veces nos preocupamos de noche cuando nuestros hijos salen de fiesta? Todas. Y... ¿cuántas veces nos han avisado de que algo malo ha ocurrido? En la mayoría de los casos, ninguna.
Llenamos la mente con pequeños desastres aunque no existan, nos los inventamos. Les ponemos cara, nombre, fecha y los vivimos como si hubieran sucedido. Y todo esto nos roba la vida, nos priva del presente que es lo único real, lo que verdaderamente existe.
Pero... ¿qué pasaría si sustituyéramos los "Ysis" por "Yquésis"?
¿Y qué si hoy no hago de comer e improvisamos unos bocatas? ¿Y qué si hoy no limpio el jardín? ¿Y qué si la casa está un poco sucia? ¿Y qué si llego unos minutos tarde? ¿Y qué si no le gusta a los demás lo que hago o lo que digo? Y qué si...?
¿Qué os parece? ¿cambiamos los ysis por yquésis?
Rosa
Hoy quiero hacer una pequeña reflexión para todas aquellas personas que puedan sacar algo positivo de mis palabras, pero sobre todo, para aquellos que se preocupan por todo. Seguro que ellos saben trasladar perfectamente mi consejo a su historia personal.
Nuestra mente siempre está llena de "Ysis".
¿Y si sale mal la operación? ¿Y si no me dan el trabajo? ¿Y si no me da tiempo de preparar la comida de mañana? ¿Y si tienen un accidente en carretera? ¿Y si tengo la casa sucia? ¿Y si llueve y se me moja la ropa? ¿Y si hay atasco en la carretera? Y si...? ¿Te has dado cuenta de que la mayoría de nuestras preocupaciones son siempre "ysis"?
No podemos permitirnos sufrir por todo aquello que ni siquiera ha ocurrido. Dejemos que la vida ocurra como tenga que ocurrir. ¿Por qué adelantamos siempre un final negativo? ¿Cuántas veces nos preocupamos de noche cuando nuestros hijos salen de fiesta? Todas. Y... ¿cuántas veces nos han avisado de que algo malo ha ocurrido? En la mayoría de los casos, ninguna.
Llenamos la mente con pequeños desastres aunque no existan, nos los inventamos. Les ponemos cara, nombre, fecha y los vivimos como si hubieran sucedido. Y todo esto nos roba la vida, nos priva del presente que es lo único real, lo que verdaderamente existe.
Pero... ¿qué pasaría si sustituyéramos los "Ysis" por "Yquésis"?
¿Y qué si hoy no hago de comer e improvisamos unos bocatas? ¿Y qué si hoy no limpio el jardín? ¿Y qué si la casa está un poco sucia? ¿Y qué si llego unos minutos tarde? ¿Y qué si no le gusta a los demás lo que hago o lo que digo? Y qué si...?
¿Qué os parece? ¿cambiamos los ysis por yquésis?
Rosa
domingo, 29 de septiembre de 2013
Los cambios
A veces, cambiamos y nos movemos porque sentimos estar en un sitio equivocado, pero otras, lo hacemos como parte de un camino que tenemos que recorrer. Son etapas diferentes de nuestra vida, y empezamos a caminar con nostalgia, con el corazón encogido por ese sentimiento de añoranza y de apego a las personas y a las situaciones con las que hemos convivido. Pareciera que empezamos de cero...
Según la Filosofía la palabra cambio significa devenir, movimiento. Y devenir es el proceso por el que algo llega a ser. Es el proceso del SER o el SER como proceso.
Así que es lógico pensar que cuando cambiamos de dirección, cuando nos movemos, no volvemos a empezar de cero, sino que seguimos los pasos de un proceso complejo: el de nuestra vida, la vida de cada uno de nosotros. Nuestra vida necesita de cada decisión, de
cada búsqueda, para llegar a ser lo que debe ser.
Cambiar el camino no es cambiar de vida. Cambiar el camino
no es apagar y volver a prender. Cambiar el camino no es tirar todo lo vivido,
quedarse sin nada y nacer otra vez. Cambiar el camino es continuar en ese
proceso, único para mí, como ser humano. Es seguir siendo yo misma pero
enriquecida por las experiencias acumuladas.
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