sábado, 19 de mayo de 2018

Mi historia de Amor. Relato corto escrito por Rosa Fernández Salamanca.


Versión en vídeo y versión escrita.




La otra tarde, en La Guarida de Alicia en el País de las Maravillas celebramos nuestro  No- cumpleaños  y  mientras observaba con cara de asombro al señor oruga  tirado en su sofá y  escuchaba el canto de los gatos flamencos,  el sombrerero loco me pidió que le contara mi  historia de Amor con Juan. Y como toda historia tiene dos almas le he pedido a èl que me ayude a escribirla desde el principio aunque son vagos algunos recuerdos que tenemos del pasado.


En tiempos muy remotos, los navegantes y marineros pasaban meses navegando por mares y océanos desconocidos. Desde la cofa del palo mayor el vigía nos divisaba sobrevolando el mar y éramos  preludio de dicha y alegría para todos. No sólo indicábamos dónde había pesca abundante sino la proximidad de tierra firme. Llegar a una isla después de tanto tiempo en el mar  siempre fue motivo de ilusión para cualquier  marinero, por lo que mi presencia era celebrada  en aquellos momentos difíciles en los que las fuerzas empezaban a flaquear.


Voy dando saltos en el tiempo pero el mar sigue conmigo. Barcos pesqueros que cada día se adentran en el mar. Chillar de gaviotas, venta de pescado  en el puerto. Pescadores remendando  sus redes al atardecer,  olor a sal y a mar en las ropas. Los últimos rayos de Sol  presagian la inminente oscuridad y recuerdo q tengo que buscar refugio rápidamente. Me duermo sobre una roca y me visita el sueño: "Todas las respuestas están en ti, escucha tu corazón".  Estoy agotada, el sueño se desvanece y las voces se van silenciando en mi interior.


 Las primeras radiaciones amarillas me sorprenden sobre la roca, pero sin saber cómo, me veo cruzando el cielo. Me siento libre y aunque soy sencilla en el vestir tengo unas alas grandes, que me permiten desplazarme por todas las tonalidades del azul. Estoy volando. Desde las alturas diría que no hay nadie ni nada allá abajo. El azul cielo se confunde con el garzo marino  y veo las olas danzar al compás del viento, puedo andar sobre ellas y me abandono en un dulce abrazo q me mece. Me quedaría así eternamente. "Todas las respuestas están en ti, escucha tu corazón".


Veo personas que van y vienen. Me siento desorientada en la ciudad. Tengo hambre. Rebusco en los contenedores de basura algo que comer, un trozo de pan duro.  Tanta gente me desconcierta, no me gustan las multitudes. Busco el tejado de una vieja nave para descansar y tomar los restos de comida que encontré. Me siento deprimida y triste, el cielo está gris y lleno de contaminación,  sale de mí un grito desgarrador, un ruido estridente de mi garganta que evoca los acantilados y la fina arena de las playas. Mi nostalgia se repite en forma de graznidos repetitivos 


y es en ese instante cuando apareció ella. Estaba allí, mirándome fijamente. Una mujer de mirada intuitiva y llena de Luz.  Me observó durante un largo rato hasta que, por sorpresa para mí, me dirigió unos chillidos imitando mi idioma. No entendí nada de aquellos gritos pero su voz me devolvió la paz y la serenidad que había perdido desde que llegué a la ciudad. Fue mi primer contacto  directo con un ser humano. 


Vuelvo a estar sobrevolando las aguas mediterráneas, pero en esta ocasión no estoy sola, formo  parte de una pequeña bandada de gaviotas y nos dirigimos a una playa del Sur de España. Llegamos al Pico del Águila casi al atardecer, después de un largo viaje. Se trata de una pequeña montaña localizada en una de las playas de Mazarrón cuya cima tiene la forma de pico de pájaro. 

Nos asentamos todo el verano en esta cálida y tranquila zona y recuerdo la felicidad que me producía esa sensación de libertad en este mar abierto a la bahía.
Una tarde, antes de que el Sol se rindiera,  mientras descansaba en lo alto del pico en uno de mis recodos favoritos, vi subir por las escaleras que llevan al mirador  una mujer con un gorro blanco y un pareo negro. Vuelvo a sentir una emoción sin precedentes. Era ella de nuevo. Allí estaba con una cámara de fotos colgada al cuello. Buscaba distintos ángulos y sacaba fotos desde lo alto del mirador al pequeño acantilado que se eleva a pie de playa. Se oía el sonido de la cámara foto tras foto hasta que de repente sin saber cómo se percató de mi presencia. Se giró bruscamente y nos cruzamos las miradas como aquella vez en la ciudad. El objetivo de su cámara me enfocaba, presentí  el girar del zoom. Me siento desnuda  por un  momento pero en vez de poner en acción su cámara,  como si estuviéramos cara a cara  escucho una voz que me dice: " Todas las respuestas están en tu interior. Escucha tu corazón". Me quedé sorprendido porque aquella voz y aquellas palabras eran las que una y otra vez se habían repetido en mis sueños. Y en ese instante fue cuando sentí que mi alma no tiene límites y que soy dueño de mi propia vida.  Que todo es posible. Que tu mente lo piensa, tu corazón lo siente y tú lo creas. Había creado mi felicidad.  Me enamoré de aquella mujer.


Amor, ¡qué bonito lo has contado!
Fue así como tú y yo nos conocimos. Así empezó nuestra historia de Amor. Una particular historia entre Juan y yo. Mi Juan Salvador  Gaviota.

                                                                                           Rosa.

Relatos cortos: Escrito por Rosa Fernández Salamanca
Todos los derechos reservados.

domingo, 6 de mayo de 2018

El corazón de Pablo.

Cuenta una antigua leyenda que una bonita flor muy conocida por todos, llamada amapola, despertaba cada mañana con lágrimas de rocío en los ojos. 

Se pasaba el día contemplando los insectos que revoloteaban a su alrededor haciéndole danzas de cortejo, y aunque era la flor más deseada del vergel por su color rojo pasión, no podía evitar sentirse triste porque no era libre para elevar su vuelo como otros seres vivos del jardín.

Un día, al despertar, se le escapó un suspiro que transportaba con él su mayor deseo de volar llegando a los oídos de una preciosa crisálida que dormía en el hueco de un tronco cercano. 


Monarch Chrysalis by Cotinis.flickr (cc)
Dicen que las crisálidas son seres mágicos que pueden conceder deseos antes de salir del capullo y convertirse en seres adultos. La crisálida se condolió de la flor y concentrando su último aliento usó la magia para convertirla en un pequeño saltamontes que llegó a un colegio dando torpes saltos por su falta de experiencia. 



Los niños, de miradas ingenuas y transparentes, advirtieron que el saltamontes no se movía con la agilidad propia de los de su especie por lo que pensaron que estaba herido. Todos intentaban cogerlo una y otra vez, y nadie se daba cuenta de que al final, el pequeño saltamontes acabaría muerto en algún rincón del patio. 


Solo un niño, un niño de corazón hermoso, con carita de ángel y sensibilidad extraordinaria pudo ver la amapola que había dentro de aquel insecto. Lo tomó con sus deditos tiernos y con esa dulzura con la que se tocan las flores, lo llevó a un macizo cercano y lo dejó allí, sobre la tierra, esperando que la flor descubra que la mayor belleza es SER lo que uno ES y desee volver a su estado natural.

 Desde entonces se ve a Pablo todos los recreos sentado junto al jardín, esperando de nuevo la metamorfosis del saltamontes y recibir a la amapola con su corazón henchido de amor. 

                                                                                        
Una noche, mientras Pablo dormía en su cama escuchó la lluvia caer con fuerza y pensó que no podría ir al colegio ni visitar al saltamontes. Se entristeció. De pronto, percibió a la crisálida mágica que vivía en el tronco del árbol como si lo llamara y pensó que si le hablaba desde su corazón bello y hermoso, la crisálida lo escucharía.
-¡Crisálida! ¿Cómo te llamas?
La crisálida no contestó.

Pablo no se rindió y con la sensibilidad que le caracteriza volvió a preguntar:

-¿Qué haces metida en tu capullo? ¿Por qué no sales y te conviertes en mariposa?
Una voz dulce y suave se escuchó:
-Soy una crisálida mágica, y siempre vivo dentro de mi capullo. Tengo miedo a salir y que el polvo de mis alas se desprenda causándome un gran dolor que me impidiera volar.
-Pero, si no sales, nunca podrás volar, te secarás y no podremos ver tus bellas alas. Con tu aliento das vida a los sueños de los demás insectos, sin embargo, tú te escondes. 
La crisálida se sumió en un largo silencio...pero Pablo no dejaba de hablar con ella:

-Yo quiero que seas mariposa, quiero ver tus bonitas alas y quiero verte volar. No te escondas en tu capullo...eres hermosa.

 
Yo te cuidaré como hago con mi saltamontes y no dejaré que nadie te haga daño. Te llevaré a mi jardín lleno de amapolas y te cuidaré. No dejaré que el polvo se desprenda de tus alas.







A la mañana siguiente Pablo se despertó sin saber si fue un sueño lo vivido aquella noche, pero desde entonces coge a todos los  saltamontes que se encuentra en el patio del colegio esperando que aparezcan la amapola y la mariposa, con el deseo de que juntas colmen su corazón llenándolo de alegría.





Autoras: María y Rosa.

sábado, 5 de mayo de 2018

La mujer Piscis. Primer Decanato (19 de febrero al 1 de marzo)


MI AMIGA PISCIS


María, eres una persona con una vida interior muy grande y en esa vida guardas la esperanza de encontrar metas que a menudo se te presentan como  inalcanzables. Puedes llegar a sentirte secretamente triste y caer en el pesimismo, no lo consientas.

Eres una bohemia dentro de una sociedad capitalista, puedes ver y coger con tus dedos las musas que te inspiran una foto o un poema. Eres creadora de arte por Naturaleza.



Te siento una mujer empática, visionaria y soñadora, hasta incluso diría que a veces los espejismos son reales en tu vida. Te muestras abierta a sensaciones y experiencias nuevas, eres esquiva y a la vez sensible, con inclinaciones místicas o al menos altamente intuitivas.

Nadie podría decir de ti que eres interesada desde el punto de vista material, y a pesar de todo amas las cosas bellas. Diría, María, que no estás muy segura de ti misma y esta  falta de confianza, puede hacer que otras personas se aprovechen de ti debido a tu carácter desinteresado y generoso. Siempre pensando en los demás te preocupas poco por tu propio bienestar y esto refleja tu grandeza de corazón. En estos momentos es imprescindible que te des aquello que necesitas y que ejerzas una caridad inteligente.

Eres defensora del más débil pero a veces vacilante, basculas hacia derecha e izquierda buscando tu propio  equilibrio. María, este carácter tuyo generoso y desinteresado puede en ocasiones causarte un profundo sentimiento de incomprensión y soledad, al sentir que no recibes en la misma medida, y este sentimiento te puede causar algún problema a la hora de tus relaciones amorosas. Rodéate siempre de personas que te valoren y que te aporten a diario. 

Como buena Piscis tu elemento de poder es el agua  y eso te convierte en una persona volcada hacia los sentimientos, las emociones y la empatía, que fluyen con la vida en armonía. María, no luches nunca contra tu propia identidad, contra tu naturaleza interior. Sé siempre fiel a ti misma, no es un consejo, es una filosofía de vida. La felicidad la encontramos cuando caminamos hacia nuestros sueños no es necesario asentarse en ellos.

También se ve en ti que quisieras ir siempre un poco más allá de las limitaciones que te pone la vida, eres una persona que necesita cambios y aventuras. Quizás la palabra  que mejor te defina sea soñadora, aunque vives con los pies en la tierra., haciendo frente a todos los problemas que te surgen. Te sientes atraída por ambientes naturales donde puedas admirar la belleza y disfrutar de esa tranquilidad que necesitas cada cierto tiempo.

Justo las personas que han nacido como tú, en el primer Decanato, sois las que recogéis la mayor fuerza de vuestro propio signo, por eso debes utilizarla y proyectarla en imaginación creadora dejándola volar libremente, puedes ser artista o inventora desarrollando un gran potencial y alcanzando grandes éxitos. Todo este poder ya está dentro de ti.



Tu elemento natural: el agua ( el signo del océano).
Tendencia: a servir y a asistir.
Linfática: en morfología perteneces a la tipología del niño.
Forma: predominio de curvas y redondeces sencillas.
Virtud astral: la solidaridad.
Color: azul.
Día: viernes.
Número. 4
Personalidad metódica. La disciplina como camino. Personalidad centrada en lo sensible antes que en lo cerebral. Atracción por lo oculto y por lo mágico. Tendencia al misterio.

María, las personas nacidas como tú el día 26 de febrero se hayan bajo un fuerte influjo de la estrella Skat. Parece derivar del árabe En Shi´at, "el sabio". De este devenir árabe aparece tu pirata Albamabir. Mezcla de dos culturas, de dos nombres. En conjunto es una estrella de buena fortuna, aunque pronostica problemas domésticos y tribulaciones personales y familiares. No vaticina un destino cómodo ni alegre, sino una vida de responsabilidades y de luchas sociales pero, María, con éxitos profesionales, fama, honores y reconocimiento público.
Esta estrella  te confiere un intenso magnetismo personal, altas aspiraciones  creativas y sociales, sentido poético y búsqueda de lo cósmico y universalista, junto con una gran capacidad para enfrentarte a las injusticias sociales y a las adversidades.

Para resumirte todo lo que me dejas ver de ti digo que , hay grandeza de carácter y capacidad para comprender las desgracias del prójimo. Es una vida que comunica sentido de lo poético, literario, pictórico y espiritual. Vaticina desengaños con la pareja, y tribulaciones a causa de hermanos o hijos. Peligro de exilio o de alejarse del lugar de nacimiento, probablemente por causas políticas o profesionales. El nacido en este día es un creativo innato, un investigador, un pensador, un sabio, un experimentador, se dedique a lo que se dedique. Asimismo, hay un sedimento espiritualista, teológico y cósmico, por lo que igual puede nacer un poeta, un sacerdote, un médico o un astrónomo.


Personajes del 26 de febrero:


  • El poeta, novelista, humanista y político francés Víctor Hugo. 
  • El astrónomo francés Camille Flammarion. 
  • El pintor, dibujante y grabador catalán Ramón Calsina.

Así veo yo a mi pirata Piscis.


martes, 1 de mayo de 2018

La gaviota

Caminando por la playa
una tarde fría de invierno, 
encontré una gaviota.

La pille descuidada y me paré a observar.
Era una gaviota grande, 
dicen de ellas que son curiosas e ingeniosas.

Su plumaje era blanco y brillante.
Me pregunté 
¿qué hace una gaviota de marfil 
en aguas mediterráneas?

Las gaviotas de marfil 

viven en los mares del Ártico, 
¡No es posible que ande por aquí!
Pero al mirarla me di cuenta 

la gaviota tenía un alma cálida,
que había elegido dónde quería vivir.

Esta gaviota rebelde

mantenía su plumaje blanco marfil, 
pero no pudo esconder su alma.
Alma que era pura poesía para mí .
                                  
                                               Albamabir

Written by María Dolores Vilar Albaladejo


Foto de Miguel Rouco. Encontrada en Cuaderno de un Naturalista.

Ángela


Si fuera aire 
me colaría en el cuerpo de una amiga.
Si fuera aire
la haría volar al país de las mil maravillas, 
donde no hay dolor, ni miedo, solo alegría.

Si fuera aire 
la envolvería y la vestiría del color que me pidiera, 
con tacones de cristal y su melena rubia 
una princesa sería.

Si fuera aire
le robaría el miedo y la llenaría de valentía.
No soy aire, 
solo una amiga, 
que estaré junto a ti toda la vida .

                                   María
                             

Written by María Dolores Vilar Albaladejo



lunes, 30 de abril de 2018

Me duele el olor a mar

Me duele,
me duele sentir
lo que llevo dentro.
Vienes y vas como
olas en el mar.
Como espuma blanca,
mojando de vida
mis entrañas.
Cuando te vas
me duele el olor a mar.

María


Written by: María Dolores Vilar Albaladejo


Fotografía de Rosa Fernández Salamanca

Soñé...

Soñé que podía ser mar,
que podía ser gaviota
que podía volar.
Soñé que si soñaba
se haría realidad.

¡Desperté!
Me encontré con la realidad.
No puedo ser mar,
no puedo ser gaviota,
ni volar.
Solo puedo ser lo que soy,
una flor,
una margarita más.
                       María



Written by: María Dolores Vilar Albaladejo



Fotografía de Rosa Fernández Salamanca
                                       

domingo, 29 de abril de 2018

El pequeño saltamontes. Relato corto escrito por Rosa Fernández Salamanca.

Versión en vídeo y versión escrita.






Cuenta una antigua leyenda que una bonita flor de nombre muy raro se despertaba cada mañana con lágrimas de rocío en los ojos. 
                                                     
Se pasaba el día contemplando los insectos que revoloteaban a su alrededor haciéndole danzas de cortejo, y aunque era la flor más deseada del vergel no podía evitar sentirse triste porque no era libre para elevar su vuelo como otros seres vivos del jardín.


Un día, al despertar, se le escapó un suspiro que transportaba con él su mayor deseo de volar llegando a los oídos de una preciosa crisálida que dormía en el hueco de un tronco cercano. 

Dicen que las crisálidas son seres mágicos que pueden conceder deseos antes de salir del capullo y convertirse en seres adultos. La crisálida se condolió de la flor y concentrando su último aliento usó la magia para convertirla en un pequeño saltamontes que llegó a un colegio dando torpes saltos por su falta de experiencia. 



Los niños, de miradas ingenuas y transparentes, advirtieron que el saltamontes no se movía con la agilidad propia de los de su especie por lo que pensaron que estaba herido. Todos intentaban cogerlo una y otra vez, y nadie se daba cuenta de que al final, el pequeño saltamontes acabaría muerto en algún rincón del patio. 

Solo un niño, un niño de corazón hermoso, con carita de ángel y sensibilidad extraordinaria pudo ver la flor que había dentro de aquel insecto. Lo tomó con sus deditos tiernos y con esa dulzura con la que se tocan las flores, lo llevó a un macizo cercano y lo dejó allí, sobre la tierra, esperando que la flor descubra que la mayor belleza es SER lo que uno ES y desee volver a su estado natural. Desde entonces se ve a Pablo todos los recreos sentado junto al jardín, esperando de nuevo la metamorfosis del saltamontes y recibir a la flor con su corazón henchido de amor. 
                                                                                         Rosa 

        


                                                                                              

            Relato corto escrito por Rosa Fernández Salamanca
           Todos los derechos de autor reservados                                                                                   

Piratas de versos. Microrrelatos. Historia escrita por Rosa Fernández Salamanca.

Versión escrita y versión en vídeo.




PIRATA DE VERSOS


Cuenta la leyenda que Albamabir era un temido y duro corsario que no acataba las órdenes de ningún país y saqueaba los molinos de aspas blancas que en sueños surcaban los mares de lienzos azules.

La piratería de versos es una práctica de saqueo tan antigua como las mentes pueden recordar, y se produce por la nostalgia que sufren algunas almas por sus vidas pasadas o que permanecen hoy día en universos paralelos.

El asalto se realiza por sorpresa en mares de nadie, con el fin de apoderarse del Mar que llevamos dentro, ese Mar de Amor del que tanta gente vocea y con el que Albamabir nunca se había encontrado  a lo largo de sus muchas travesías.

Cada crepúsculo, Albamabir se ocultaba en el interior de su camarote y escribía bajo la luz de su candil preciosos versos con plumas de gaviota, versos que una misteriosa voz le trascribía desde su corazón tras cada abordaje, versos que hacía suyos en cada asalto, versos que le despertaron sentimientos jamás encontrados en su vida actual. 


Con los primeros rayos de Sol la tripulación lo encontraba tumbado sobre la proa de la nave, bañado por el salpicar de las olas y una sonrisa de felicidad que asomaba en su boca.

Dicen que se hizo de un gran botín, miles de rimas autografiadas ocultas bajo el mar, desde que su barco naufragó en una noche de tormenta, y aunque los demás piratas aseguraban antes de su muerte que había enloquecido por las condiciones extremas de agua y alimento, lo cierto es que había recuperado su ALMA perdida en otra vida.
                              
                                                                                                              Rosa
ESCRITO POR: Rosa Fernández Salamanca.

Los ángeles custodios

Últimamente, debido a las experiencias que la vida pone en mi camino me aparecen nuevos temas de introversión. Esta vez mi tema son los ángeles custodios. No es mi intención meterme en temas religiosos sino más bien analizarlos desde un punto de vista humano porque aun por encima de todas las religiones está la espiritualidad y la conciencia personal como una parte de nosotros mismos.

Creo que he tenido en distintas etapas de mi vida varias experiencias conscientes que me han hecho deducir que hay una voz dentro de nosotros que nos habla y nos orienta en los momentos difíciles de nuestro peregrinaje terrenal. Esas voces son los ángeles custodios de los que hablan las religiones que velan por nosotros, y aunque las voces procedan desde nuestro interior y las oigamos en nuestros corazones provienen de personas que están a nuestro alrededor para asegurarse de que nuestras sendas sean las adecuadas.


Por eso, no es casualidad que nos encontremos personas o entes que una vez finalizada su función con nosotros, o nosotros con ellos, nos abandonen o los abandonemos para seguir nuestros caminos como seres de Luz.


Todos iluminamos y somos iluminados por pequeñas luciérnagas que tocan los cristales de nuestras ventanas en mitad de la noche. Sin embargo, no siempre se produce la comunicación y aunque la luciérnaga nos visite a diario lo hace con sigilo en momentos de quietud, hace falta practicar el silencio para percibir los mensajes que aun viniendo del exterior los escucharemos en lo más profundo de nuestro ser.

Si crees que hay una voz en tu interior que te acompaña y te ampara, tienes un ángel custodio a tu alrededor velando por ti. Y si un alma se acerca a ti y mirándote a los ojos te dice que eres un SER DE LUZ para ella, en ese instante te convierte en ángel, y estás allí para que pueda alcanzar su luminiscencia y continuar en solitario su viaje como ser de luz.
                                                                                                                                   
                                                                                                                              Rosa

Oda al Mar



Fotografía de Rosa Fernández Salamanca


ODA AL MAR
Soy pirata navegando en tu mar 
robando tus versos 
los hago míos al navegar. 

En mi velero te respiro 
adivino tus versos ocultos 
que me hacen mudar. 

Abro mi ventana y veo tu mar, 
oigo el palpitar, el aleteo de tu alma 
que embriaga mi ser al amanecer 
y pienso que en alguna vida nuestras almas peregrinas 
han sido algo más que dos desconocidas 
que se conocieron por azar. 

Puedo sentir al compás de tus versos
mi alma,
navegando en tu mar. 

¡Te presto mi corazón! 
mi esencia, mi alma 
si con tus bellas palabras 
mi batalla puedo librar. 

Se me distrae el alma 
cada atardecer, 
al pensar que puedo perder tus versos 
tus palabras... 
que sean parte de un ayer 
que no puedan alimentar mi alma.                              

Palabras... 
Palabras ocultas en tus versos 
que  me amarran. 
Abrazado a ti,  
quedan mis sueños atrapados 
bajo tu espuma blanca. 

Y sé, 
que mis brazos no dan para abrazarte 
eres demasiado inmenso para este navegante. 
¡Dios, déjame navegar 
para poder abrazar este mar! 

Este mar que me regalas, 
que me ha venido a buscar 
a mostrar un océano de sentimientos. 
¡Sueños, amor, pasión, sufrimiento! 
que como olas empujadas por el viento 
mojan mi ser 
arrastrándome mar adentro. 

No voy a pedir perdón a Dios 
por desgranar sus sentimientos, 
por sentir el mar, 
por sentir sus versos. 

Respiro, 
siento este mar 
que me da  vida, 
me da aliento  para continuar
navegando contra el viento. 

Apasionado miro el sol de poniente 
Y cuando la tarde ha caído, 
pienso que no podré estar a su lado
y callar lo que he sentido. 

¡Se me escapa el pensamiento! 
siento el mar en mis adentros  
y con un impulso salvaje 
voy al abordaje 
poniendo fin a este viaje. 

Y el pirata ya no es pirata 
ya no robará tus versos, 
porque el pirata ha mudado, 
ahora es mar eterno. 

Porque ha visto y ha sentido 
EL MAR QUE LLEVAS DENTRO.

                ALBAMABIR


Written by: María Dolores Vilar Albaladejo

Me siento rota por dentro. Abril de 2018.



Ayer fue uno de los días más difíciles de mi vida, y antes de que llegara la noche llevándose el verde del paisaje, mi corazón dijo hasta aquí.  Las nubes se volvieron  rojas y anaranjadas como cada atardecer  envolviéndome  en un abrazo cálido y afectuoso pero fue insuficiente el intento, se me fue el azul ante la pérdida de dos seres queridos. 


Mi cuerpo  se derrumbó ante las heridas acumuladas,  y aunque quieres agarrarte a la vida no caben más  emociones en mi corazón lleno de sentimientos contradictorios.

Hace siete años descubrí la palabra pasión. ¡Ingenua de mí, no sabía lo que era! Recuerdo que hice un post  sobre ella descubriendo su aspecto, su apariencia, su forma, su color... hasta llegar a la Pasiflora, flor de la pasión o del sufrimiento. Porque pasión no es otra cosa que la acción y el efecto de padecer, es una perturbación o afecto desordenado del ánimo, es una tristeza, un abatimiento y un desconsuelo.  

Por otra parte ayer se atravesó en mi camino la palabra compasión. Son palabras tan hermosas y llenas de  un significado tan complejo que pocas personas llegan a ellas y cuando llegas lo haces con una punzada que te traspasa el alma. La compasión no es solo un sentimiento de tristeza que te provoca ver sufrir a otras personas.  No. Eso no es. Es ponerte en su lugar literalmente y padecerlo al mismo tiempo que ellos con la misma intensidad. Es la capacidad de empatía absoluta con el otro. No es que se te salten las lágrimas de emoción…es que te desgarras por dentro al igual que ellos.  No sabes muy bien si en ese momento les asistes a ellos o ellos a ti. No es una cosa ajena, es íntima, se fusionan el Tú y el Yo. 

Ayer realicé  una danza de dolor, un baile de almas que se sustentan a la vez,  se abrieron ante mí las flores desmayadas por el peso de su propia belleza y lloré….lloré como nunca.
                                                                                                     Rosa

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