Me estremezco
andando sobre tus campos,
grano a grano,
tierra a tierra,
polvo de tus despertares,
de tus sueños y letargos,
de amores florecientes
al calor de tus manos,
frutos de ayer,
madrigales de lirios
trotando
sobre tus prados.
¡Vértigo! de asomarme
al balcón de tus recuerdos,
a tus mañanas y amaneceres,
a tus ocasos, a tus caricias…
a tus lágrimas grabadas
en la retina a fuego,
porque en ese instante en la mirada
un verso es una vida,
y tu vida me regalas
cada vez que me miras.
Rosa
Rosa
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