Los motivos de la homosexualidad de los animales todavía no se conocen, pero con certeza, muchos copulan entre ejemplares de su mismo sexo. Una exposición noruega presenta las pruebas de este comportamiento, en fotos.
Los motivos no se conocen a ciencia cierta, pero algunas especies animales- además de la humana, claro- tienen sexo con ejemplares de su mismo género.Sea por uno u otro motivo la naturaleza tiene su costado gay.
Como prueba el Museo de Oslo, Noruega, exhibe una muestra de fotografías de mil quinientas especies copulando con animales de su mismo género. Horcas, pingüinos, gatos, perros, jirafas, entre muchos otros, figuran en el índice de la fauna homosexual, que se estima oscila entre un 2 y un 15 por ciento.
La exposición se llama "¿Contra la naturaleza?", a modo de réplica para los que afirman que el único animal homosexual puede ser el hombre.
Se sabe, el resto no decide su inclinación sexual, simplemente actúa por instinto. Pero, que no lo hacen sólo con fines reproductivos es un hecho. En su naturaleza también existe el sexo por placer.
En 1927, Havelock Ellis estudió la masturbación de toros, cabras, ovejas, camellos y elefantes. Después, se habló de la excitación que pueden sentir los animales frente a los seres humanos, con el caso de los orangutanes que tenían una erección cada vez que veían pasar a unas señoritas frente a su jaula en el zoológico de Borneo.
Otro caso famoso fue el de los pingüinos alemanes que eran "pareja", y pese a la insistencia de los cuidadores en cambiar su orientación sexual- llevándole unas pingüinas suecas- persistieron en su homosexualidad. Su historia saltó a la luz porque activistas gays de todo el mundo tomaron partido en el asunto y defendían la libertad sexual de los animales. Los empleados del zoológico explicaban que no era una cuestión moral, sino que necesitaban que los machos del grupo ayudaran a las hembras en la tarea de reproducirse porque la especie se encontraba en extinción.
Más que amor, hormonas.
La comunidad científica coincide en que la conducta no se debe a una cuestión afectiva. Entre las razones enumeran: establecer lazos sociales o un exceso de hormonas. El veterinario Néstor Fontán informa a Clarín.com: "En veinte años de profesión jamás vi un perro penetrando a otro. Un macho se puede subir u oler los genitales de otro, pero no es con un instinto de penetración o para tener sexo oral, lo hacen para ejercer un rol dominante en la jerarquía o para reconocerse".
Por su parte, Miguel Rivolta, el jefe de veterinarios del Zoológico de Buenos Aires, explica a Clarín.com: "Puede haber un aumento en las hormonas que los estimulen a hacer algo, pero no para formar pareja. Puede haber comportamiento en algunas aves, como los loros, pero no es para copular, si no que es un juego de conquista y si hay un servicio es porque están en época reproductiva y las hormonas estallan. No es una cuestión afectiva, no es que viven juntos y son felices".
"Buscamos rebatir todos los argumentos que señalan que es un crimen en contra de la naturaleza".
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