Fiesta de Halloween en el Madrid Arena que acabó la madrugada del jueves
con tres jóvenes muertas y dos heridas muy graves.
La empresa organizadora ha afirmado que el evento cumplía
todas las normativas del Protocolo de Seguridad exigidas por la Delegación de
Gobierno, ya que comunicó que la fiesta estaba ideada para un aforo de 7.000
personas. Si bien esta mañana he escuchado en los medios de comunicación que se
vendieron alrededor de 20.000 entradas. ¡Dios mío! Un exceso de aforo de casi
tres veces más del solicitado al Ayuntamiento.
Y todo esto para que unos sinvergüenzas se llenen los
bolsillos. ¿Por qué esperamos siempre a que pasen estas cosas para echarnos las
manos a la cabeza? Todos a la cárcel… ¿Quién
devuelve la vida a esas pobres chicas? Han terminado con la vida de las jóvenes
y la de sus familias.
Organizadores de
eventos como estos y gente que se mueve en la noche han afirmado que la mayoría de ocasiones el aforo es excedido y
como no pasa nada los sinvergüenzas (por llamarles algo suave) se
van con un dinerito extra a sus casas. Y yo me pregunto si esta gente podrá dormir por la noche o es
que no tienen conciencia.
Se ahorran el dinero de ambulancias a la puerta del
recinto y rebajan los guardias de
seguridad que además de mal pagados no
tienen la preparación necesaria para casos
extremos como el ocurrido, las puertas del recinto estaban cerradas impidiendo
que la gente pudiera salir con normalidad y se llevan un montón de dinero a
costa de las vidas de nuestros hijos que han salido a pasar una noche de
fiesta.
Y todo esto ¿Quién lo controla? ¿No hay inspectores?
Nuestros hijos pagan
entradas por acudir a fiestas con organizadores sin escrúpulos…ojalá todos
tengan un escarmiento que haga que otros iguales que ellos se lo piensen dos
veces.
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