Vaya!,
vaya! Te percibo como el Ave Fénix, de
gran plumaje y colorido, te consumes en tu fuego interno cada cierto tiempo
pero tu fuerza y tus garras te hacen resurgir de las cenizas y volver a volar
con todo tu esplendor.
Personitas, como tú y como yo, somos víctimas de la
ansiedad por nuestra sensibilidad, por nuestra capacidad para sentir el más
mínimo movimiento de aire, para percibir la caída del pétalo, el cambio del
paisaje…
Qué
tristeza de sueños no compartidos! Qué ingenuidad
cuando pensamos que a nadie interesan!
Claro
que es bonito dar pero necesario recibir aunque tengamos el concepto
equivocado. Cuánto más te entregas más
apertura tienes en el corazón para recibir…y seguro que alguien te sorprende,
seguro que alguien provoca en ti la sonrisa y la capacidad de volar de nuevo, y
por supuesto la capacidad de amar y el
regalo de ser amado.
No te
cierres al tópico de que a nadie le interesan tus cosas, o a la maldad de ciertas
personas que se alegran de lo malo que te suceda. No es así. NO forman el 50%
cada uno de ellos. No. Hay tantas formas de ser como personas en el mundo, es
imposible encajar a más de una en la misma categoría. Yo creo en el ser humano,
en las personas, en los amigos, en la familia y en la pareja. Creo en aquellas
personas que tras una pantalla o tras un teléfono te desnudan el alma porque la
verdad y la sinceridad brotan con certeza ante la ausencia del sentido del
ridículo, del qué dirán, del pensamiento del
rechazo por ser distinto, único,
especial.
El
sufrimiento diario hay que compartirlo para empequeñecerlo, para ser
conscientes de que no es nuestro en exclusividad sino que pertenece al ser
humano.
...Y por qué no compartir las alegrías, las canciones, los bailes, la música,
las sonrisas, los abrazos?
... Por qué siempre dejamos para mañana los te quiero de
hoy, la ternura de este momento, la
caricia oportuna, el achuchón sin babas…?
Tenemos
que aprender, personitas que sentimos,
que soñamos, que anhelamos y deseamos!
Tenemos todos que aprender a hacernos
fuertes en el lado sentimental y emocional porque ese hemisferio del cerebro
que rige nuestras emociones y nuestros sentimientos es tan importante o incluso
más que el que nos ayuda a resolver un problema matemático o a estudiar de
memoria un tema.
Sí,
lloro muchas veces cuando nadie me ve. Lloro cuando escribo y libero
sentimientos, canto fuerte con mis canciones preferidas, aunque he perdido la
costumbre de hacerlo en la ducha (seguramente por no inundar con mis berridos
la casa del vecino, ya sabes que por los respiradores el sonido se amplifica,
jajaja).
Hay
pensamientos que pertenecen a los sueños y pensamientos que pertenecen a la
realidad, los dos son bellos, no dejes
nunca de abrazarme por temor a quedarnos pegados en la seguridad de ese abrazo
que nos devuelve la paz interior.
Los sueños no duermen ni se olvidan de día, permanecen con nosotros toda la vida.
Rosa